4 feb 2009

El Gobierno aumenta la presión sobre la banca y le culpa de la recesión

Ni 24 horas ha durado la cordialidad entre banca y Gobierno tras la reunión del lunes en La Moncloa. El Ejecutivo elevó ayer al máximo la presión sobre bancos y cajas, cuando se conocía el dato demoledor de desempleo.

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, afirmó que a Moncloa “se le está acabando la paciencia con los bancos” y que si la liquidez que está aportando el Estado al sector financiero español no llega a las familias, el Ejecutivo deberá “actuar en consecuencia”.

Nadie en el Gobierno ni en el Ministerio de Economía ha sido capaz de concretar qué medidas respaldan esta amenaza. El ministro de Industria además hizo responsable de la actual crisis a la banca, en clara contestación al mensaje lanzado ayer por Miguel Martín, presidente de la patronal de los bancos, quien aseguró que la actual situación macroeconómica es nociva para los bancos y no al revés.

Apoyo de Moncloa
José Luis Rodríguez Zapatero respaldó horas después esta bronca de Sebastián a las entidades financieras, amparándose en que estas palabras reflejan “un estado de ánimo que hay en parte de las empresas españolas por la falta de crédito”.

El presidente afirmó que ante el sistema financiero “siempre hay que ser exigentes”, aunque se mostró más moderado que su ministro y valoró la importancia que tiene para la economía que las entidades mantengan su solvencia, una de las razones que esgrime la banca ante la reducción del grifo crediticio.

El presidente de la Generalitat, José Montilla, y el portavoz parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso, se unieron también ayer al coro crítico oficial contra bancos y cajas. El primero defendió que el Ejecutivo “presione” a las entidades para que den más crédito y cumplan con su “función social”.

El portavoz socialista en el Congreso pidió a la banca que cumpla con su “cuota de responsabilidad ante la crisis”. En privado, las entidades bancarias recibieron este mensaje con cierta estupefacción tras la “cordialidad” del encuentro en Moncloa.

Públicamente, ninguna de las dos patronales bancarias (AEB y Ceca) quisieron valorar la escalada dialéctica del Gobierno contra el sector. Otras fuentes destacadas de la banca apuntaron que se trata de una reacción “fuera de tono y premeditada”, ya que parece que “Zapatero quiere jugar ahora a ser el policía bueno, frente a Sebastián que es el policía malo”. Desde una de las principales entidades españolas apuntan que va a ser “muy difícil” cambiar la mala imagen que está promoviendo el poder público sobre la banca.

Críticas
El PP, por su parte, arremetió contra el Gobierno por no haber condicionado las ayudas públicas al sector bancario para que llegase a familias y empresas y criticó que quiera ahora responsabilizar a las entidades del deterioro de la economía española. En este sentido, la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que el presidente del Gobierno es un “pésimo negociador” por no exigir garantías a los bancos antes de salir en su ayuda.

De momento, la única vía adicional que exploraron tanto la banca como el Gobierno en la reunión del lunes para que aumente la financiación al sector privado pasa por potenciar las líneas de crédito del ICO para ayudar a los parados en el pago de las cuotas de sus hipotecas y la línea para pymes. Cajas y bancos se han comprometido expresamente con Zapatero a dar un impulso a estas medidas.

El Gobierno asumió también un compromiso para solventar las anomalías técnicas en estas medidas del ICO que la banca había criticado en las últimas semanas. En concreto, el Instituto de Crédito Oficial asumirá un porcentaje mayor de la mora en las ayudas a los parados y está en estudio una reforma de las líneas de apoyo a las pymes.

El Ejecutivo estudia nuevas medidas para el sector
El Ejecutivo lleva días instando con fervor a la banca para que aumente el crédito que favorezca, supuestamente, la recuperación económica, aunque sabe que no cuenta ni con las herramientas ni la potestad para obligarles a hacerlo. Los bancos españoles –a diferencia de los ingleses, alemanes, holandeses o franceses–no han presentado aún problemas de solvencia y no han necesitado de inyecciones de capital público. Las ayudas a la banca en España se han limitado a fomentar la liquidez con el fondo de compra de activos financieros –que ya ha dedicado más de 19.000 millones a compras, una cantidad que podría llegar a 50.000 millones– y el plan de avales públicos a emisiones de las entidades, que de momento sólo ha usado La Caixa.

Desde el Ministerio de Economía no se precisa si el Ejecutivo está barajando medidas adicionales para promover que la banca aumente el crédito. Fuentes de este departamento apuntan que toda medida que se tome se hará dentro de una respuesta coordinada de la UE. Señalan que ni siquiera con la entrada del Estado en el capital de entidades en dificultades se podría asegurar que el crédito llegaría en mayor cantidad a familias y empresas, “como demuestra la experiencia en otros países como Reino Unido, donde las nacionalizaciones no se han traducido en mayor financiación. Economía no quiso valorar la falta de concordancia del mensaje del Gobierno con el del Banco de España: el supervisor ha pedido a las entidades que vigilen sus riesgos y prevé una caída mayor del crédito en 2009.