15 abr 2009

Renuente a ser la estrella, Bernanke es empujado por la crisis a asumir el rol de protagonista

Por Jon Hilsenrath

WASHINGTON—Ben Bernanke asumió el cargo de presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) resuelto a hacer que el banco central estuviera definido menos por la personalidad de su capitán que durante los mandatos de Alan Greenspan y Paul Volcker. Ahora, a medida que confronta una crisis económica que ha llevado a la Fed romper precedentes y a otorgar billones de dólares en préstamos, Bernanke está emprendiendo una ofensiva de relaciones públicas que lo ha situado en el papel protagónico de la película.

El último ejemplo se dio ayer en una universidad de Atlanta, donde Bernanke dio el equivalente a una clase básica de economía y de la crisis. Con el trasfondo noticioso de una caída mayor de lo esperado en las ventas minoristas de marzo en EE.UU., Bernanke le dijo a los estudiantes que se sentía "fundamentalmente optimista" sobre el futuro de la economía. Después de su intervención, contestó preguntas de estudiantes frente a las cámaras de televisión.

En un esfuerzo por explicar al público el manejo que el gobierno de EE.UU. le ha dado a la crisis, el presidente de la Fed, Ben Bernanke se ha embarcado en una ofensiva de relaciones públicas

Los esfuerzos del jefe de la Fed de habarle claramente a los estadounidenses se producen luego de aparecer en una extensa entrevista en el programa del canal CBS 60 Minutes y de una intervención en el Club Nacional de Prensa de Washington.

Desde hace tiempo, Bernanke ha querido que el banco central más influyente del mundo sea más abierto y claro sobre su forma de pensar. Pero ahora que la Fed ha sido blanco de críticas del Congreso y los estadounidenses por su respuesta a la crisis, Bernanke está llevando esos esfuerzos de apertura en direcciones que no había anticipado.

Los representantes del banco ahora están debatiendo si ofrecer conferencias de prensa regularmente, como lo hace el Banco Central Europeo, dicen personas al tanto. La aparición de Bernanke en el Club Nacional de Prensa en febrero, donde respondió preguntas directas de los periodistas, se convirtió en evidencia de que el banco central puede realizar tales conferencias de prensa sin perturbar los mercados. Aún no ha habido una decisión definitiva al respecto.

"Pienso que es importante que el público entienda lo que está sucediendo y que sepa que el gobierno está tratando de resolver el problema", dijo Bernanke en una entrevista. "Debe saber que tenemos un plan y una estrategia".

La campaña de relaciones públicas llega en un momento en que el futuro del propio Bernanke está en duda. El presidente Barack Obama debe decidir este año si lo ratifica en el cargo. El mandato de Bernanke termina el 31 de enero de 2010 y el asesor económico de la Casa Blanca, Lawrence Summers, es considerado por muchos como un candidato a reemplazarlo.

En respuesta a una pregunta de The Wall Street Journal, la Casa Blanca alabó la labor de Bernanke. Afirmó que el presidente Obama ha tenido una relación "positiva y productiva" con él, calificando sus consejos sobre la crisis "invaluables" y sus esfuerzos en general "cruciales para el país".

La transformación de Bernanke contrasta con los roles públicos de sus predecesores. Greenspan y Volcker preferían mantener a los mercados financieros y a los legisladores adivinando cuáles serían sus próximos pasos, en parte porque sentían que eso les daba más flexibilidad. Revelaban poco, pero estaban bajo gran escrutinio.

Bernanke, un economista de la Universidad de Princeton que se unió a la Fed como uno de sus gobernadores en 2002, se encontraba entre los académicos y economistas que argumentaban que los mercados operan de manera más fluida si los actores entienden las reglas y los procesos de los bancos centrales. Bernanke sentía que la Fed estaba impulsada demasiado por las enormes figuras de sus titulares. Fue coautor de ensayos sobre la necesidad del banco central de despersonalizarse y explicarse.

"No se debería tratar al titular del banco central como una autoridad semidivina que luego podría resultar ser un dios falso", señala uno de los coautores de Bernanke, Adam Posen, quien trabaja para el Instituto Peterson para la Economía Internacional.

Cuando Bernanke asumió el mando de la Fed en febrero de 2006, prometió previsiones más detalladas y oportunas para su principal audiencia de corredores, inversionistas y la prensa financiera. Tales perspectivas representarían la opinión colectiva de los gobernadores de la entidad y los presidentes de sus bancos regionales, restándole importancia a la figura del presidente de la Fed.

La crisis financiera, no obstante, ha obligado a Bernanke a explicar las medidas de la Fed a gente que está mucho más allá del círculo de expertos. Estos esfuerzos están siendo elogiados por los partidarios de un banco central más abierto.

"El público estadounidense está viendo cosas que suceden que no le gusta o no entiende y nadie realmente se lo está explicando," dice Alan Blinder, profesor de Princeton y ex vicepresidente de la Fed. "Esto era cierto en el gobierno de Bush y en general sigue siendo así en el gobierno de Obama. La Fed está llenando el vacío".

Los funcionarios de la Fed se han mostrado sorprendidos con la reacción del público a la aparición de Bernanke en el programa 60 Minutes, que lo llevó al pueblo donde vivió durante su niñez para recordar su modesta infancia y visitar su antigua casa, la cual su reciente propietario perdió por un embargo hipotecario. Desconocidos se han acercado a él en aeropuertos y supermercados para felicitarlo.

A pesar del respeto expresado por el presidente Obama sobre Bernanke, ha habido situaciones incómodas. Muchos se sorprendieron en noviembre cuando corrió el rumor de que el equipo de transición del nuevo mandatario consideraba a Summers como sucesor de Bernanke, a más de un año de cumplir su término. Amigos del presidente de la Fed dicen que éste no está pensando en su confirmación. El mismo Bernanke asegura que está concentrado en conseguir el mejor resultado posible para la economía estadounidense. "Todo lo que hago es con eso en mente".

Fuente: WSJ