3 ago 2010

Inversionistas de peso se aprestan para un período de deflación

Por Gregory Zuckerman

Ante su creciente temor a una deflación, algunos de los principales inversionistas del mundo están reestructurando sus portafolios para una posible caída prolongada de los precios.

Bill Gross, un peso pesado de los fondos de bonos, el gestor de inversiones Jeremy Grantham, y los gestores de fondos de cobertura David Tepper y Alan Fournier son algunos de los inversionistas más conocidos que se están preparando para un posible brote de deflación, un evento que podría paralizar las economías y los mercados bursátiles globales.

Al explicar sus apuestas en el mercado, los inversionistas citan cifras económicas débiles y un consenso cada vez más firme de que las autoridades en todo el mundo son renuentes a —o no pueden— implementar más medidas para impulsar el crecimiento económico.

"La deflación no es sólo un tema de curiosidad intelectual, está sucediendo", asegura Gross, quien dirige el fondo mutuo Pimco Total Return Fund, de US$239.000 millones. Gross hace referencia a una caída anualizada de 0,1% en los últimos dos años en el índice de precios al consumidor de Estados Unidos. "Se trata de un mundo incierto que se inclina hacia la deflación".

No obstante, los temores de una deflación tras la crisis financiera de 2008 no se materializaron, en gran parte porque los bancos centrales intervinieron.

De hecho, muchos de estos inversionistas estrellas no creen que una deflación prolongada sea un hecho y confían en que la Reserva Federal y otras autoridades tomarán medidas radicales para detener una caída general de los precios.

Aun así, señales preliminares de una deflación están llevando a Gross y otros a incrementar sus posiciones en inversiones que generan intereses, como bonos y acciones que pagan dividendos. También están comprando protección contra posibles pérdidas bursátiles. En un período de caída de precios, generar ganancias puede convertirse en un reto para las empresas, lo que a su vez ejerce presión sobre las acciones.

En EE.UU., ciertos datos recientes respaldan los temores. El índice de precios al consumidor subió 1,1% en junio frente al mismo mes de 2009. La inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía, subió 1,1% en el segundo trimestre, la lectura más baja desde los primeros tres meses de 2009. El presidente del banco de la Fed de St. Louis, James Bullard, advirtió la semana pasada sobre un período de deflación y crecimiento lento similar al de Japón.

El interés generalizado sobre la deflación es un revés respecto a hace sólo dos meses, cuando la inflación, no la deflación, era el centro de atención de los corredores. Inversionistas como John Paulson, conocido por sus apuestas en contra del mercado inmobiliario de EE.UU., acumularon activos en oro mientras que otros se deshicieron de bonos del Tesoro.

Gross ha estado comprando deuda soberana de EE.UU. Los bonos del Tesoro ahora conforman cerca de 51% de su portafolio en Pimco Total Return Fund, frente a menos de 33% a fines de marzo. Se trata de la mayor acumulación de valores soberanos del fondo en seis años, según Morningstar Inc. El fondo ha ganado 7% este año.

Una vez que comienza, la deflación es vista como perniciosa y difícil de enfrentar. La caída en los precios puede hacer que tanto las empresas como los consumidores sean reacios a gastar e invertir, lo que perjudica las ganancias y paraliza la economía. Puede ser consecuencia de una caída en la oferta monetaria y el crédito, un declive en el gasto y una alta tasa de desempleo, factores que pueden conducir a las compañías a reducir los precios.

Fuente: WSJ