26 nov 2009

La educación en una universidad selectiva: ¿una buena inversión?

Por Mark Whitehouse

Algunas de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos acaban de encontrar un nuevo argumento para justificar sus altos precios, gracias a una investigación llevada a cabo por sus propios profesores.

En un nuevo estudio, Caroline Hoxby, una economista de la Universidad de Stanford (y antes de la de Harvard) que se especializa en temas educativos, toca un tema que abruma a muchos padres con hijos en edad universitaria: ¿por qué parece más difícil que sus hijos ingresen a una buena universidad que lo que les costó a ellos? Buena parte de la razón, concluye, es que el mercado educativo se ha vuelto global. Eso significa que el conjunto de solicitantes a las mejores universidades se ha expandido para incluir a estudiantes de diferentes orígenes y lugares, estudiantes que posiblemente antes sólo aspiraban a las escuelas locales.

El fenómeno, indica la profesora, ha incrementado la selectividad en las principales instituciones. En 2007, el estudiante promedio aceptado por el 5% más selectivo de universidades tuvo un desempeño del 98% en los exámenes de admisión, en comparación a una calificación promedio del 90% en 1962. Mientras tanto, a medida que más estudiantes se ponen metas más altas, otras universidades estadounidenses se han vuelto menos selectivas. De hecho, ser aceptado en cualquier universidad incluso se ha vuelto más sencillo, argumenta Hoxby, a medida que el número total de cupos para estudiantes de primer año ha crecido más rápido que el número de graduados de la escuela secundaria.

Entonces, ¿por qué los padres deberían pagar tanto para que su hijo vaya a Harvard? Hoxby explica que se debe a que el valor de la educación se ha incrementado más rápido que las matrículas: calcula que en las universidades más selectivas el valor gastado en cada estudiante ha crecido a una tasa promedio anual de 13% entre 1967 y 2007, hasta alcanzar unos US$92.000. A lo largo del mismo período, la matrícula en universidades elitistas creció a una tasa promedio anual de 6%. La diferencia se explica por las crecientes contribuciones caritativas de los ex alumnos y otros.

La inversión, dice Hoxby, vale cada centavo. Incluso tomando en cuenta las contribuciones de caridad, indica, los estudios han encontrado que los estudiantes que asisten a las universidades más selectivas obtienen ganancias mucho más grandes a lo largo de su vida que aquellos que van a otras universidades. Los estudios sugieren que los retornos sobre las inversiones en educación en una buena escuela son similares a los retornos a largo plazo sobre acciones.

Aunque estos cálculos seguramente complacerán a los administradores de las principales universidades estadounidenses y pondrán a temblar a los padres de los jóvenes que se preparan a empezar la universidad, también tienen sus límites, indica Hoxby. Por ejemplo, a los estudiantes que asisten a escuelas selectivas les puede ir bien en la vida simplemente porque son altamente capaces y motivados, cualidades que les habrían garantizado el éxito, incluso si hubieran asistido a una institución menos selectiva.

Aún así, partiendo del estudio, el mundo se está volviendo más competitivo. En palabras de Hoxby: "Hoy lo que se juega uno a la hora de escoger una universidad es mucho más que hace cuatro décadas".

25 nov 2009

China: el despertar de una superpotencia

Por Andrew Browne
Beijing

La flota comandada por el almirante Cheng-ho, un eunuco de la dinastía china Ming, estaba formada por algunos de los barcos más grandes que jamás se hubieran construido: monstruos náuticos que según algunos relatos contaban con hasta nueve mástiles.

Mucho más grandes que las carabelas de Cristóbal Colón que zarparon décadas más tarde hacia el Nuevo Mundo, constituían los buques insignia de una armada que se aventuró hasta la costa este de África en siete expediciones navales. La primera se embarcó en el año 1405 con unos 30.000 hombres; la séptima, en 1430.

Luego, las expediciones se detuvieron de golpe. Las aventuras de Cheng-ho habían arruinado a la dinastía Ming. Los emperadores detuvieron el comercio marítimo y cerraron la industria de la construcción naval; China se encerró en sí misma durante los siguientes cuatro siglos. Las expediciones a los "Mares occidentales" fueron una aberración gloriosa.

Estatus en ascenso

Ahora, en el albor del siglo XXI, el mundo mira a China a la espera de que asuma un rol de liderazgo global que le es muy poco familiar. A medida que el prestigio estadounidense pierde brillo, el estatus de China va en ascenso.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó China la semana pasada en busca de ayuda en temas de todo tipo, desde el cambio climático hasta la amenaza nuclear de Corea del Norte. Durante las reuniones de los países del Grupo de los 20, todos esperan impacientes las opiniones de China sobre temas como la reforma bancaria y la remuneración ejecutiva. Persuadir a China para que se convierta en un líder global será todo un desafío.

La historia hizo poco para preparar a este país para la clase de autoridad que una ansiosa comunidad internacional parece tan dispuesta a asignarle.

A diferencia de EE.UU., China no aspira a cambiar el mundo: su mantra siempre ha sido de "no intervención" en los asuntos internos de otros países. Incluso bajo el mando de Mao, China nunca quiso dominar el mundo, como la ex Unión Soviética, aunque provocó la revolución en otras partes de Asia y más allá. Ahora que China ha descartado el socialismo, es difícil definir lo que queda de su ideología, valores y visión del mundo.

El principio que guía a China en casa y en el extranjero se caracteriza por su inflexible pragmatismo: lo que sea que produzca crecimiento en el producto interno bruto.

El distanciamiento de China respecto al mundo fue interrumpido cuando Occidente tocó a su puerta. En 1793, Lord Macartney fue enviado a China por el rey George III de Gran Bretaña para abrir el país al comercio internacional. Llegó cargado de regalos con la intención de deslumbrar a la corte del emperador Qianlong: relojes mecánicos, cronómetros, telescopios e instrumentos matemáticos. Para transportar los 600 paquetes necesitó 200 caballos y 3.000 porteadores.

"No hay nada que nos haga falta", fue la famosa respuesta del emperador al emisario real. Los británicos abrieron las puertas del comercio a la fuerza, con cañoneros. Una China debilitada fue manipulada por los poderes occidentales en lo que China llama su "siglo de humillación".

Al pasar por los monumentos de Beijing inspirados en los Juegos Olímpicos —el estadio conocido como Nido de Pájaro, el Cubo de Agua, la colosal Torre CCTV, es fácil olvidarse de que hasta hace poco China se había vuelto a aislar del mundo.

Durante la mayor parte de los primeros 30 años de gobierno comunista en China, que comenzó en 1949, era difícil y casi imposible obtener una visa. El esporádico funcionario chino que se aventuraba a visitar Occidente era una curiosidad.

Deng Xiaoping le puso fin a la era de aislamiento sangriento de Mao —sus interminables luchas de clases y catástrofes causadas por el hombre, incluida la peor hambruna mundial— con sus reformas de "Puertas Abiertas" en 1978.

Camino a la estabilidad

La decisión de abrir el país al comercio y la inversión extranjera, colocó a China en camino hacia un crecimiento económico destacable. Se prevé que dentro de poco China supere a Japón como la segunda mayor economía mundial.

Los logros de China han sido un referente para gran parte del mundo emergente: su éxito para sacar a 300 millones de personas de la pobreza, su lucha contra las enfermedades y el analfabetismo, su adopción de la tecnología que llevó a los astronautas chinos al espacio. Todo esto, mientras permitió un florecimiento sin precedentes de las libertades personales.

Ahora que la economía global emerge con debilidad de la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, China causa admiración en nuevos rincones del mundo.

Mientras los países más ricos se encaminaban al abismo financiero, China avanzaba con cautela. Salió de la crisis con una economía que crece vigorosamente. Sus bancos no están contaminados con activos tóxicos; sus vastas arcas de ahorros nacionales gozan de buena salud.

También hay esperanzas de que China se valga de su nuevo peso estratégico para ayudar a resolver los problemas de seguridad actuales más urgentes.

La meta general de EE.UU., y uno de los principales objetivos de Obama en su visita al país, es la de persuadir a China para que asuma las responsabilidades globales que acompañan su creciente influencia económica de una forma que fortalezca, más que amenace, los acuerdos internacionales existentes.

Sin embargo, el compromiso oficial de China con un "mundo en armonía" se enfrenta a menudo con un EE.UU. que libra dos guerras en Irak y Afganistán. Con frecuencia, esto ha significado que China actuara más como un seguidor reticente que un líder. Los críticos afirman que el historial de China en los centros conflictivos del mundo, desde Corea del Norte a Irak y Darfur, sugiere que define sus responsabilidades según sus intereses económicos.

En Corea del Norte, China ha encabezado esfuerzos diplomáticos para intentar controlar el programa nuclear de Pyongyang. Pero es reticente a poner en riesgo el flujo de petróleo y alimentos chinos que mantiene vivo al régimen. Los escépticos en EE.UU. afirman que China no actúa porque teme un colapso de Corea del Norte que no sólo

desataría una oleada de refugiados a través de su frontera sino que también pondría a las fuerzas estadounidenses cara a cara con las suyas.

Tensiones similares entre los intereses económicos de China y sus obligaciones internacionales se observan en África, donde las empresas chinas invierten grandes sumas en energía y materias primas para apuntalar el crecimiento chino. Las inversiones "sin compromisos" desde Nigeria a Etiopía contrastan con los esfuerzos occidentales de condicionar la inversión a los avances en derechos humanos y medioambientales. En Sudán, China envió conciliadores a la región de Darfur, a la vez que respalda al gobierno comprando petróleo y vendiéndole armas.

Irán podría ser la mayor prueba hasta la fecha de la voluntad de China para ejercer un rol de liderazgo. Washington y sus aliados europeos consideran que el rol chino es crítico en el esfuerzo por presionar a Teherán sobre su programa nuclear. Hasta ahora, China se ha resistido a imponer sanciones más duras contra un país que es su segundo mayor proveedor de petróleo después de Arabia Saudita.

Modestia aparte

Los líderes chinos visten sus aspiraciones de gran potencia de modestia. Así, insisten, por ejemplo, en que China es aún un país en desarrollo pobre, con una décima parte del PIB per cápita de EE.UU.

Sin embargo, China moderniza con rapidez sus fuerzas militares. Un desfile militar en octubre, celebrado para conmemorar el 60 aniversario de la fundación de la República Comunista de China, envió un mensaje poderoso a los 1.300 millones de chinos. Los misiles balísticos intercontinentales que retumbaron por la avenida de la Paz Eterna, en Beijing, y los aviones cisterna que los acompañaban, señalaban que China también podía proyectar poder más allá de sus orillas.

Hoy en día, el apetito de China por "objetos ingeniosos" de Occidente no tiene límites. Cuenta con unos 650 millones de teléfonos móviles y superó a EE.UU. como el mayor mercado automotor del mundo.

Ningún país emergente ha aprovechado las oportunidades del comercio global con más entusiasmo que China. Su decisión de unirse a la Organización Mundial del Comercio en 2001 situó su economía en una nueva órbita. Los excedentes del comercio exterior —en especial con EE.UU.— ayudaron a China a acumular más de US$2 billones (millones de millones) en reservas de moneda extranjera.

Entonces, ¿qué quiere hacer China con este nuevo estatus que persigue y que el mundo parece igual de ansioso por concederle?

Hace alrededor de dos milenios y medio, el filósofo chino Laozi escribió: "Gobernar un país grande es como freír un pescado pequeño". El consejo apuntaba a los funcionarios-académicos que dirigían China, una clase de mandarines que se convirtió en el modelo de gobierno del mundo antiguo. El toque suave nunca fue una característica del régimen comunista, ni de sus estadistas. Eso es muy importante en un mundo en el que la influencia y la legitimidad derivan más que nunca del atractivo de los ideales de gobierno de un país.

Fuente: WSJ

24 nov 2009

El BCE pone el modelo financiero español como ejemplo internacional

por D.Badía/R.Casado.Madrid/ Londres

El Banco Central Europeo alaba al sistema bancario español y lo pone como modelo internacional. "En muchos aspectos, España puede ser un ejemplo destacado para la reforma financiera global", aseguró ayer Jean-Claude Trichet, presidente de la institución. Este fin de semana, un documento de discusión del Banco de Inglaterra sugiere que se deben ampliar determinadas áreas de supervisión, ya que el sistema de provisiones dinámicas "no sirve para suavizar el suministro de crédito", ni "está diseñado para responder a shocks en el sector financiero de un modo flexible".

El Banco Central Europeo (BCE) reiteró el lunes en Madrid su apoyo a la regulación de la banca española. La principal base del modelo del Banco de España son las "provisiones dinámicas", un mecanismo por el que las entidades deben reforzar su capital en las épocas de bonanza, para cubrir las pérdidas cuando llegan malos tiempos.

El lunes Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, dijo que ese sistema sigue siendo válido. En unas jornadas organizadas en Madrid por la Asociación de Mercados Financieros, Trichet alabó el comportamiento mostrado por el sector financiero español, hasta el punto de que se refirió a él como "una fuente de fortaleza y orgullo nacional para este país" (refiriéndose a España).

"En muchos aspectos, España puede ser un ejemplo destacado para la reforma financiera global", añadió.

Trichet no escatimó el lunes elogios hacia el modelo español. El presidente del BCE recordó que la banca española se ha mostrado más resistente al shock de la primera etapa de la crisis y elogió la prudente regulación y supervisión aplicada por el Banco de España. Indicó que "el tradicional rol de la banca, que se ha basado en fundar una relación a largo plazo con los clientes, se ha preservado en España".

El propio Trichet aseguró el lunes que la morosidad seguirá sometiendo a presión los resultados de las entidades y alertó de que se necesitarán ajustes en el sector. El presidente del BCE respaldó las palabras de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, quien la semana pasada aseguró que al menos quince cajas deberán fusionarse antes del verano.

Debate
Por su parte, el Banco de Inglaterra publicó el lunes un documento de discusión en el que analiza algunos aspectos del sistema financiero español y plantea si las entidades españolas deben ser una referencia para otros países.

El Banco de Inglaterra admite que el modelo español ha servido para "reforzar la resistencia del sector bancario", pero no para evitar totalmente el denominado riesgo sistémico, por el que el excesivo aumento del crédito y el riesgo por parte de las entidades se contagia por toda la economía y crea serios desequilibrios que estallan en una crisis.

En el informe de la autoridad monetaria británica con propuestas sobre el futuro del sector bancario, se indica que "la experiencia en España demuestra que las provisiones dinámicas hacen poco para suavizar el suministro de crédito". Según el Banco de Inglaterra, "desde la introducción de ese sistema, la ratio de deuda privada sobre el Producto Interior Bruto (PIB) en España ha aumentado más del doble, creciendo a un mayor ritmo que en Reino Unido, Estados Unidos, Suiza y Alemania". Además, según el Banco de Inglaterra, las provisiones en España se deben ampliar a otras áreas de negocio y no únicamente "a cubrir las posiciones tomadas en el negocio bancario. [Que] no capturan la exuberancia en otras partes del balance, como en la cartera de trading o de títulos de deuda".

Alternativa
Pero el regulador británico plantea el debate sobre si la regulación española es la adecuada cuando empiezan los problemas. "Al ser una regla fija, basada en pérdidas históricas [las provisiones se calculan en función de la experiencia de impagos en crisis anteriores], el sistema no está diseñado para responder a shocks en el sector financiero de un modo flexible. Un régimen basado en el pasado no puede distinguir entre los shocks de oferta o demanda de crédito".

Como alternativa dentro del debate internacional sobre la futura regulación financiera, el Banco de Inglaterra se inclina por un modelo de acciones discrecionales, por las que el regulador pueda exigir a determinados bancos un mayor nivel de capital en función del riesgo que asumen.

Bancos y cajas sacan provecho de las medidas anticrisis
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, hizo el lunes un extenso balance sobre las medidas aplicadas para apoyar a la banca, durante unas jornadas de la Asociación de Mercados Financieros, en Madrid. Como novedad, Trichet apuntó un dato que muestra el importante acceso que ha tenido la banca española a las ayudas.

El BCE, además de inundar el mercado de dinero con subastas a diferentes plazos desde que estalló la crisis, anunció el pasado mayo la compra de un paquete de cédulas (títulos con la garantía de préstamos y el balance del emisor) por importe de 60.000 millones de euros. Como consecuencia, según recordó Trichet el lunes, "la liquidez ha retornado al mercado". Las entidades españolas han emitido 16.000 millones de euros en cédulas desde que se anunció la medida y hasta finales de octubre, un 20% del total colocado en la eurozona, según apuntó el presidente galo.

"En España están ahora (refiriéndose a los diferenciales) más de 100 puntos básicos por debajo que el máximo que alcanzaron", añadió. En línea con sus últimas declaraciones en encuentros europeos, Trichet remarcó que, no obstante, estas medidas, las calificadas como no estándar por el banco central, "se deben retirar de forma gradual". "Las medidas extraordinarias de liquidez adoptadas fueron tomadas con gran valentía y diseñadas para que fuera fácil desmantelarlas de manera gradual cuando fuera el momento oportuno", indicó. El viernes pasado, el BCE ya anunció un endurecimiento de los criterios sobre los activos que acepta como aval en las subastas.

Respuesta de Trichet a Botín
Jean-Claude Trichet quiso matizar el lunes en Madrid que la nueva regulación financiera internacional no sólo prestará atención al tamaño de las entidades, sino que también vigilará el riesgo que conlleva esa firma para el resto del sector. La semana pasada, el presidente de Santander, Emilio Botín, fue rotundo respecto a este tema: "El tamaño no es el problema", apuntó durante unas conferencias celebradas en la ciudad financiera del banco, y advirtió de que la nueva regulación internacional podría ser muy negativa.

Fuente: Expansión

23 nov 2009

Los banqueros temen un exceso de regulación

por Victor Mallet, Ralph Atkins y James Wilson

Los banqueros europeos advirtieron el martes de que un exceso de regulación en respuesta a la crisis financiera global podría obstaculizar el crecimiento de la economía real, a pesar de que algunas autoridades internacionales insisten en que el endurecimiento de la normativa y el fin de las operaciones de rescate a costa del contribuyente son imprescindibles para la recuperación.

Stephen Green, presidente de HSBC, el mayor banco de Europa, cree que las demandas para que los bancos aumenten sus reservas de capital pueden tener efectos muy negativos para la economía y la sociedad. Emilio Botín, presidente de Santander, el mayor banco de la eurozona por capitalización de mercado, defendió el papel de los grandes bancos internacionales y advirtió de que un “ajuste indiscriminado” de la normativa resultaría contraproducente.

En sus declaraciones, que coinciden con la opinión del Banco de España, Botín destacó que una rigurosa gestión del riesgo y una exhaustiva supervisión (la oficina central de Santander cuenta con unos 60 supervisores del banco central) son tan importantes como el cumplimiento de la regulación. “No debemos subestimar el riesgo”, aseguró en un discurso pronunciado en la sede central de la entidad. “Pero, de igual forma, no debemos inclinar demasiado la balanza hacia el otro lado y establecer mayores requisitos de capital de forma indiscriminada, porque, sin duda, afectarán el costo de los préstamos y el acceso al crédito”, agregó.

No obstante, Jacques de Larosière, ex gobernador del banco central de Francia, que presidió un grupo “al más alto nivel” encargado de aportar soluciones para mejorar la supervisión en la Unión Europea, cree que no es recomendable aligerar las propuestas. Durante una conferencia en Frankfurt, aseguró que “si empezamos a introducir modificaciones, habremos vuelto al punto de partida”.

Jürgen Stark, miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo, rechazó una propuesta de Josef Ackermann, consejero delegado de Deutsche Bank, de estudiar la creación de un fondo de emergencia paneuropeo, en parte financiado por los gobiernos, y destinado a los rescates bancarios. “No debemos crear un nuevo incentivo para que se vuelvan a cometer los mismos errores, creando un fondo de emergencia para los bancos financiados y cofinanciados por el dinero de los contribuyentes”, aseguró. Stark acusó al sector financiero europeo de no haber aprendido las lecciones de la crisis, y aseguró que todavía no había visto “ningún cambio significativo en su conducta”.

La actitud hacia los bancos y los reguladores europeos varía mucho, dependiendo del tamaño, la evolución y el nivel de riesgo de los bancos. Los banqueros que asistieron a la reunión en la sede central del Santander aseguraron que “hubo un amplio consenso sobre el riesgo que existe ahora mismo de que se produzca un exceso de regulación. La conferencia se celebró a puerta cerrada, aunque Santander hizo público el discurso de Botín.

Entre los asistentes se encontraban Sheila Blair, que preside la US Federal Deposit Insurance Corp, José Viñals del Fondo Monetario Internacional, Andrew Bailey, del Banco de Inglaterra, y Joaquín Almunia, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE. Los mayores bancos, acusados de depender de las ayudas estatales por ser “demasiado grandes para caer”, argumentan que el tamaño en sí no aumenta el “riesgo sistémico” que representa un banco.

En opinión de Botín, penalizar o limitar el tamaño de un banco exigiendo más capital no resolvería el problema sistémico y podría tener consecuencias adversas, distorsionar las reglas del juego o penalizar los flujos financieros hacia la economía real. Las autoridades españolas han expresado su satisfacción después de que su modelo de regulación bancaria de aprovisionamiento anticíclico frente a los préstamos incobrables esté convirtiéndose en un modelo emulado por otros países.

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