17 dic 2010

¿Qué significa la expresión 'hecho en China'?

Por Andrew Batson

BEIJING—Una de las soluciones más mencionadas para los actuales problemas económicos de Estados Unidos es que este país produzca más de los aparatos de alta tecnología que el resto del mundo desea tener.

Sin embargo, dos investigadores han encontrado que el teléfono inteligente iPhone de Apple, uno de los íconos de la tecnología estadounidense, en realidad le agregó US$1.900 millones al déficit comercial de Estados Unidos con China el año pasado.

¿Cómo es posible? Los investigadores dicen que las formas tradicionales de calcular el comercio mundial producen cifras pero no captan las complejidades de los intercambios globales, en los cuales el diseño, la fabricación y el ensamblaje de productos a menudo involucran a varios países. El resultado es "una visión distorsionada" que exagera los desequilibrios comerciales entre los países, aseguran.

Las estadísticas consideran al iPhone como una exportación china a EE.UU., a pesar de que está totalmente diseñado en este país, es propiedad de una compañía estadounidense y es fabricado con partes producidas en varios países asiáticos y europeos. China se encarga del paso final: el ensamblaje y el envío de los teléfonos inteligentes.

No obstante, la totalidad del costo mayorista del iPhone de US$178,96 se contabiliza a favor de China, a pesar de que el valor de la mano de obra de los trabajadores chinos de Hon Hai Precision Industry Co. sólo representa 3,6% de ese total, es decir US$6,50, según los cálculos de los investigadores.

Una vocera de Apple dijo que la empresa declinó referirse al tema.

El resultado es que, según las estadísticas oficiales, "incluso los productos de alta tecnología inventados por compañías estadounidenses no aumentarán las exportaciones de EE.UU.", escriben en el informe Yuqing Xing y Neal Detert, del Instituto del Banco de Desarrollo Asiático, un centro de estudios de Tokio.

No es un problema que tenga que ver con los productos de alta tecnología, sino con la forma en que se contabilizan las exportaciones e importaciones, añaden.

El estudio se suma a un creciente debate técnico sobre las estadísticas comerciales tradicionales que podría tener consecuencias en el mundo real. Las cifras convencionales sobre comercio son la base de las batallas políticas que se libran en Washington y Bruselas respecto a qué hacer con la política cambiaria de China y sus prácticas comerciales supuestamente desleales.

Hay una tendencia creciente a cuestionar la presunción de que cada producto despachado por un país es enteramente producido en ese país. "Lo que llamamos 'Hecho en China' significa en realidad ensamblado en China, pero lo que constituye el valor comercial del producto proviene de numerosos países", dijo en un discurso en octubre el director general de la Organización Mundial del Comercio, Pascal Lamy. "El concepto de que hay un país de origen para los bienes manufacturados se ha vuelto paulatinamente obsoleto", observó.

Lamy dijo que si las estadísticas comerciales se ajustaran para reflejar el valor real que contribuyen diferentes países a un producto, el déficit comercial de EE.UU. con China, que asciende a US$226.880 millones de acuerdo con cifras estadounidenses, se reduciría a la mitad. Esto significa, argumentó, que las tensiones políticas vinculadas a los déficits comerciales son más grandes de lo que deberían.

Corregir el sesgo es difícil, sin embargo, porque exige un conocimiento detallado de cómo se fabrican los productos.

Analizar las importaciones y las exportaciones en términos del valor agregado por diferentes países también puede llevar a algunas conclusiones controvertidas. Algunos legisladores estadounidenses, por ejemplo, piensan que China debe dejar que el yuan se aprecie en forma significativa frente al dólar para reducir la brecha comercial entre ambos países.

Si el yuan subiera 20% con respecto al dólar, el costo en la moneda estadounidense de producir el iPhone en China subiría en la misma proporción. Según los investigadores, eso significaría que el costo del ensamblaje aumentaría de US$6,50 a US$7,80, agregando solamente 0,7% al costo global de manufactura. Es improbable que eso altere el flujo de comercio entre EE.UU. y China.

La estrategia de valor agregado muestra que, en realidad, las ventas de iPhones están añadiendo valor a la economía estadounidense, en lugar de restándole, como se desprendería del enfoque tradicional.

Basados en las ventas en EE.UU. de 11,3 millones de iPhones en 2009, los investigadores estiman que las exportaciones chinas de iPhones totalizaron US$2.020 millones. Tras restar US$121,5 millones de importaciones chinas de partes producidas por firmas estadounidenses como Broadcom Corp., calculan que China acumuló un superávit, y EE.UU. un déficit, de US$1.900 millones en iPhones. Pero si sólo se contabilizara la parte que China produjo del valor de un iPhone, EE.UU. acabaría con un superávit de US$48,1 millones tras descontar las partes que aportan las firmas estadounidenses.

Algunos economistas sostienen que la metodología de los investigadores los podría haber llevado a exagerar. El estudio asume, por ejemplo, que Toshiba Corp., de Japón, y Samsung Electronics Co., de Corea del Sur, que fabrican componentes para el iPhone, los ensamblan en sus países de origen. Pero numerosos proveedores de Apple tienen plantas en China, por lo que es probable que al menos una parte de los componentes también se fabriquen en China.

Los resultados del estudio, en todo caso, son parecidos a los de un análisis del Centro de la Industria de la Computación Personal, de la Universidad de California en Irvine, del comercio y la manufactura de otro producto de Apple, el iPod. Esa investigación también encontró que China sólo representaba unos pocos dólares del valor de un iPod, aunque las estadísticas comerciales le asignaban a China el valor total del reproductor de música digital.

En un discurso pronunciado en septiembre en Nueva York, el primer ministro chino, Wen Jiabao, se apoyó en esa investigación para manifestar que las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China se exageran. Un gran número de las exportaciones de China a EE.UU. es fabricado por empresas tercerizadoras, sostuvo, de modo que Washington no debería criticar a China por acumular un amplio superávit comercial. "Empresas financiadas desde el extranjero, incluyendo empresas estadounidenses, son los grandes beneficiarios", indicó.

Fuente: WSJ

16 dic 2010

La política de la Fed está funcionando

Por Jeremy J. Siegel

El reciente aumento del rendimiento de los títulos del Tesoro a largo plazo ha llevado a muchos a decir que la segunda ronda del relajamiento cuantitativo —QE2— de la Reserva Federal es un fracaso. Los críticos predicen que esta segunda ronda de QE2 puede terminar dañando más que ayudando a la recuperación económica, dado que las tasas más altas cortarían de raíz cualquier recuperación del mercado de bienes raíces y deprimirían el gasto de capital. Pero el incremento de las tasas en los títulos del Tesoro a largo plazo no señala que la política de la Fed haya fracasado. Es una señal de que está teniendo éxito.

Las tasas a largo plazo de esos papeles se ven influenciadas positivamente por el crecimiento económico —que alienta a los consumidores a endeudarse en anticipación de mayores ingresos y lleva a las empresas a buscar fondos para expandir su capacidad— y por las expectativas inflacionarias. Las tasas a largo plazo de los títulos del Tesoro se ven afectadas negativamente por la aversión al riesgo: en busca de un refugio seguro, los inversionistas acuden a los bonos del Tesoro, haciendo subir sus precios y rebajando sus rendimientos.

El QE2 de la Fed ha generado expectativas de crecimiento e inflación, haciendo subir las tasas de los valores de largo plazo. También ha reducido la aversión al riesgo, lo que implica tasas a largo plazo más altas. La evidencia de que hay una menor aversión al riesgo entre los inversionistas es la caída de los diferenciales entre los títulos del Tesoro y otros valores de renta fija, el buen desempeño del mercado bursátil y la caída del VIX, el indicador de la volatilidad de los futuros de acciones. Esto significa que las expectativas de una aceleración del crecimiento económico —y una reducción del temor a un rebrote de la recesión— son las fuerzas detrás del incremento de las tasas.

Aquellos que miran solamente a las tasas de interés para juzgar si la política monetaria es demasiado relajada o demasiado ajustada están cometiendo un error del que llevan advirtiendo hace mucho tiempo los economistas expertos en política monetaria. Como colega de Milton Friedman en la Universidad de Chicago en la década de los 70, lo recuerdo decir que las extremadamente bajas tasas de interés de la década de los años 30 no eran indicativas de una política monetaria expansiva. Eran, en cambio, resultado de una política de la Fed extremadamente ajustada, que no proveyó de suficientes reservas a los bancos que quebraban y llevó a la economía a la Gran Depresión.

De igual forma, las tasas de interés de dos dígitos que conocimos en la década de los 70 no eran indicativas de que la Fed estuviera tomando una posición valiente contra la inflación, sino de una política demasiado fácil que infló la oferta monetaria e incrementó las expectativas inflacionarias.

Admito que las expectativas de crecimiento económico se han visto impulsadas por el acuerdo del presidente Obama con los congresistas republicanos para extender los recortes impositivos del ex presidente George Bush. Pero las tasas para los títulos de largo plazo estaban subiendo aún antes de que Obama anunciara su cambio de política. El efecto combinado de los recortes de impuestos y la política de relajamiento de la Fed continuará estimulando la economía y haciendo subir más las tasas de largo plazo. Por esta razón, es probable que la Fed no complete todas sus compras para mediados del próximo año. En su lugar, puede comenzar el proceso de reducir reservas e incrementar las tasas de corto plazo mucho antes de lo que prevén muchos pronosticadores. Pero un mayor ajuste de la política monetaria solamente comenzará si el ritmo de la recuperación económica se acelera significativamente el próximo año, lo que creo cada vez más probable.

No deberíamos mirar solamente a las tasas de interés para juzgar si la política monetaria está dando resultados. De hecho, en la actual situación, si las tasas de largo plazo no estuvieran subiendo, sería una señal de que la economía está en serias dificultades, una señal de que los inversionistas están preocupados por la deflación y una caída en la actividad económica.

Siegel es profesor de finanzas en la Wharton School de la Universidad de Pennsylvania.

Fuente: WSJ

15 dic 2010

Aténgase al fin del exceso de ahorro

Por David Wessel

El final de la década de los años 90 fue una aberración, nos han dicho. El dinero fluyó a los mercados emergentes y luego salió abruptamente, una interrupción que, en ese momento, parecía una gran crisis.

Los años 2000, nos dicen, fueron una aberración. Primero la burbuja de las acciones tecnológicas. Luego, los gobiernos de los países emergentes, tras los problemas que tuvieron a fines de la década de los 90, acumularon enormes reservas de dólares en lo que el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, llamó "el exceso de ahorro global". Junto con el acceso fácil al crédito y regulaciones laxas en los países desarrollados, esos capitales alimentaron un exceso de endeudamiento y burbujas inmobiliarias en Estados Unidos y otros países.

Los últimos años, nos han dicho, han sido una aberración. El final de los auges de crédito e inmobiliario llegó con una explosión de las que ocurren una vez cada siglo. Los gobiernos se apresuraron a acudir al rescate y los presidentes de los bancos centrales llevaron las tasas de interés de corto plazo a niveles muy bajos. Los inversionistas se fueron en estampida hacia la seguridad de los bonos del Tesoro estadounidense, ayudando a mantener las tasas de interés de largo plazo bajas a pesar de que Estados Unidos alcanzaba altos niveles de endeudamiento y, ahora, la Fed está impidiendo su alza.

¿Qué ocurrirá cuando la economía estadounidense se recupere, como seguramente lo hará algún día? Un probable desenlace es que se revierta el exceso de ahorro global y se termine la abundancia de capital barato.

Mirando más allá de los próximos años, McKinsey Globe Institute, el centro de estudios de la firma de consultoría, proyecta un incremento de las inversiones en los mercados emergentes, particularmente en China e India, al mismo tiempo que esos países comienzan a ahorrar menos. Las empresas, los bancos, los consumidores, los inversionistas y los gobiernos "todos se tendrán que adaptar a un mundo en el cual el capital es más costoso y menos abundante, y en donde más de la mitad del ahorro del mundo y de las inversiones va a los mercados emergentes", dice McKinsey en un informe llamado "Adiós al capital barato".

En su conjunto, la economía global puede solo invertir al mismo nivel del que ahorra. En los viejos tiempos, un agricultor dividía su cosecha entre el grano que iba a comer o vender (consumir), y el que iba a reservar (ahorrar) para plantar al año siguiente (invertir). Lo mismo ocurre con la producción de la economía global. Contrario a la tendencia histórica, buena parte del incremento del ahorro en los últimos 25 años ha venido de China y de otros países pobres y ha ido a los más ricos, especialmente a Estados Unidos.

Los ahorrativos trabajadores y campesinos chinos ponen dinero en el banco. Los bancos prestan al gobierno, que a su vez presta al Tesoro estadounidense y a gigantes hipotecarios de EE.UU. como Fannie Mae y Freddie Mac. Esto terminó financiando hipotecas baratas en EE.UU. antes de la crisis y el gran estímulo fiscal del presidente Obama. El gobierno, las empresas y los hogares en China representaron uno de cada cuatro dólares ahorrados en el mundo en 2008.

McKinsey cree que todo esto tenderá a disminuir en los próximos años a medida que China e India incrementan sus inversiones. "China planea construir nuevos sistemas de metro, carreteras y trenes de alta velocidad en sus principales 170 ciudades", señala el informe.

Dado el ritmo del crecimiento urbano, China necesita agregar cada dos años espacio comercial y residencial equivalente al que tiene Nueva York. India necesita un Chicago anual. Debido a que tantas plantas asiáticas están produciendo casi al tope de su capacidad, predice Frederic Neumann, economista de HSBC, es probable que se dé un aumento en la inversión de capital de las empresas. Basándose en el consenso existente respecto al crecimiento mundial, McKinsey vaticina que la inversión global —que representaba más de 22% de la producción mundial antes de la crisis financiera— podría llegar a casi 25% para fines de esta década.

Pero China, y particularmente, sus consumidores, probablemente ahorren menos, si la historia y el plan quinquenal chino sirven de guía. Los todavía ahorrativos japoneses, probablemente ahorren menos, también. Entonces, ¿de dónde vendrán los ahorros? Si todo va bien, de los consumidores estadounidenses. Esto compensará parcialmente la caída en los ahorros de los chinos, dice McKinsey. Pero solo parcialmente. El exceso mundial de ahorro podría transformarse fácilmente en una escasez global. Eso podría significar tasas de interés sustancialmente más altas.

Fuente: WSJ

14 dic 2010

La oferta y la demanda recobran protagonismo en los precios de los 'commodities'

Por Liam Pleven

Durante buena parte del año, los precios de los cultivos básicos, combustibles y metales industriales se han movido al unísono y al ritmo de la economía global.

En las últimas semanas, sin embargo, los precios de materias primas como el algodón, el petróleo y el cobre han sido impulsados por la oferta y la demanda, más que por las perspectivas de la economía mundial.

"Los commodities se empiezan a comportar como commodities nuevamente", afirma Kevin Norrish, director gerente de investigación de materias primas de Barclays Capital.

En el primer semestre, los mercados de bienes básicos a menudo repuntaban cuando mejoraban las perspectivas de la economía mundial y caían cuando los mercados temían una recaída. Asimismo, los precios del petróleo y el cobre, considerados como un barómetro de la actividad económica, subían y bajaban de forma similar.

Ahora, mientras aumenta la confianza de los inversionistas en la salud de la economía global, las trayectorias de los commodities empiezan a divergir. La brecha en el desempeño de los índices Dow Jones-UBS que siguen los precios de las materias primas agrícolas y energéticas se acerca a su mayor nivel del año. Los cultivos acumulan un alza de 28% en lo que va del año, los combustibles un descenso de 13% y los metales industriales se ubican en el medio, con un avance de 8%.

A mediados del año, en cambio, la diferencia en los retornos de los tres tipos de commodities era inferior a un punto porcentual.

El cambio tiene ramificaciones no sólo para los inversionistas que añaden commodities para diversificar sus portafolios, sino para las empresas que producen o consumen materias primas.

Las grandes fuerzas macroeconómicas aún tienen el poder de mover los mercados. Los precios de muchos commodities, por ejemplo, se han disparado desde que la Reserva Federal de Estados Unidos reveló en agosto un plan para inyectar más dinero en la economía. En momentos en que las tasas de interés se encuentran en mínimos históricos, los inversionistas han volcado su atención a los bienes básicos.

[materias primas]

De todos modos, los retornos han empezado a distanciarse. Hasta fines de julio, las trayectorias del cobre y el crudo eran muy parecidas. Los precios del metal rojo cayeron 0,6% entre enero y julio mientras que los del petróleo cedieron 0,5%. En lo que va de diciembre, no obstante, el cobre ha subido 7% y el viernes alcanzó un máximo de US$4,105 la libra, con lo que acumula un alza de 23% en 2010. El alza refleja la opinión de muchos analistas de que la demanda del metal superará la producción durante un tiempo, a medida que las economías emergentes expanden su infraestructura y las nuevas inversiones acaparan el suministro. La reciente alza del petróleo ha sido más moderada. Los precios han subido 11% en 2010, en parte por la abundancia de suministro y la capacidad de los países exportadores de crudo de producir más.

A su vez, las preocupaciones sobre una escasez de suministro han hecho subir los precios de algunas de las principales materias primas agrícolas en el segundo semestre. Los precios del maíz y el trigo, por ejemplo, han subido 72% desde sus mínimos de junio.

De todos modos, no hay que perder de vista que el surgimiento de una nueva crisis económica podría anular los factores que están impulsando los mercados de commodities en este momento.

Fuente: WSJ

13 dic 2010

China promete un enérgico combate contra la inflación

Por Andrew Batson y Aaron Back

BEIJING— El máximo liderazgo chino se comprometió a actuar de forma más enérgica para combatir la inflación, en un momento en que las cifras muestran que los precios están subiendo al ritmo más acelerado en más de dos años.

Un comunicado difundido el domingo al terminar la Conferencia Central de Trabajo Económico que se realiza anualmente dijo que los líderes chinos acordaron "colocar la estabilización generalizada de los precios en una posición más prominente" entre las prioridades de la política económica.

El presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao se dirigieron a la conferencia, un encuentro de funcionarios de los gobiernos locales y central que fija las prioridades económicas para el próximo año. El nuevo lenguaje proveniente de uno de los eventos clave en la calendario económico chino probablemente refuerce las ya generalizadas expectativas de un alza en las tasas de interés y una reducción del crédito en los próximos meses.

[China]

El banco central elevó las tasas en octubre e incrementó los requisitos de reservas para los bancos comerciales tres veces en los últimos 30 días. El último tuvo lugar el viernes.

El inesperado brote inflacionario ha cambiado las prioridades del gobierno. El índice anualizado de precios al consumidor subió 5,1% en noviembre, el mayor aumento desde julio de 2008, según datos oficiales divulgados el sábado. La cifra supera el avance de 4,4% en octubre y estuvo por encima de las previsiones del mercado.

Los precios de los alimentos fueron uno de los factores que más contribuyeron a la inflación de noviembre, ya que subieron 11,7% con respecto a noviembre del año pasado, más que el 10,1% de octubre. Pero la inflación no vinculada a los alimentos trepó 1,9% en relación a un año antes luego del aumento de 1,6% en octubre. Otros indicadores de actividad económica también repuntaron, una señal de que las presiones inflacionarias podrían estarse propagando más allá de los alimentos.

"La economía china está, obviamente, mostrando señales de sobrecalentamiento", dice la analista de J.P Morgan Chase & Co., Qian Wang. Aunque la economía mundial comienza a recuperarse, China probablemente eleve el gasto fiscal el próximo año para comenzar el nuevo plan quinquenal que llevará al lanzamiento de muchos proyectos de infraestructura, explicó.

La producción industrial, un barómetro clave en una economía impulsada por el sector manufacturero, creció 13,3% en noviembre con respecto al mismo lapso del año previo, informó la Oficina Nacional de Estadísticas, acelerándose con respecto al 13,1% de octubre. Asimismo, la inversión urbana en activos fijos, el principal indicador del país del gasto de capital, aumentó 24,9% respecto a un año atrás en el período enero-noviembre, acelerándose con respecto al 24,4% del período enero-octubre.

La Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, la principal agencia china de planificación económica, le restó importancia al repunte en los precios. En una declaración difundida el sábado, sostuvo que el aumento de noviembre fue impulsado fundamentalmente por "factores temporales y estacionales" y que la inflación se ubicará en 5% o menos en diciembre. Para entonces, algunas de las recientes medidas del gobierno para moderar los precios de los productos agrícolas, incluyendo la imposición de controles de precios, empezarán a dar frutos.

A algunos economistas, sin embargo, les preocupa que el problema sea más grave. "Es un poco alarmante que haya evidencia de presiones en precios que no son de los alimentos. Es el segundo mes en que los precios de otros productos han subido. El asunto de la inflación recién comienza", advirtió Tom Orlik, economista de la firma de investigación Stone & McCarthy Research Associates.

El comunicado de la conferencia reiteró el reciente anuncio de que la política monetaria y de crédito del próximo año será "prudente" en lugar de "moderadamente expansionista" como lo fue este año, pero no brindó metas específicas ni predicciones.

En un indicio de que el gobierno podría estar dispuesto a aceptar que el crecimiento se enfríe para atacar otros problemas, la declaración llamó a "no perseguir ciegamente el alto crecimiento" y en su lugar concentrarse más en "la calidad y la eficiencia del crecimiento, en el incremento del empleo y en la mejora de los niveles de vida".

Fuente: WSJ