29 may 2009

El alza de las tasas de largo plazo no desvela a la Fed

Por Jon Hilsenrath y Liz Rappaport

WASHINGTON—Funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) creen que la reciente alza en los rendimientos de los bonos del Tesoro podría reflejar una mejoría de la economía y un menor riesgo de una catástrofe financiera. Esto sugiere que es improbable que el banco central reaccione con premura, aunque algunos inversionistas consideran que el aumento en el costo del financiamiento del gobierno es peligroso.

Los mercados de bonos vivieron ayer otra jornada de grandes fluctuaciones después de que el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años se disparara el día anterior. El mercado hizo caer los retornos de los bonos del Tesoro a 10 años a 3,674%, frente al 3,7% del miércoles, pero el rendimiento sigue muy por encima del 2,5% que rondaba a mediados de marzo. El rendimiento de los valores respaldados por hipotecas, mientras tanto, siguió subiendo, llevando a las hipotecas a 30 años de tasa fija a 5,44%, su mayor nivel desde comienzos de febrero.

[Fed]

En los últimos meses, la Fed se ha embarcado en una gigantesca campaña para comprar bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas, en un intento por subir sus precios y reducir los retornos. El objetivo es mantener bajos los costos de los préstamos para estimular la economía. Las compras de la Fed también inyectan dinero en el sistema financiero, fondos que espera que los bancos devuelvan a la economía en forma de préstamos.

Hasta el momento, la Fed ha comprado US$130.500 millones de los US$300.000 millones en deuda a largo plazo del Tesoro que comenzó a adquirir en marzo. También ha comprado US$507.000 millones en activos respaldados por hipotecas, una operación que podría ascender a los US$1,25 billones (millones de millones). La escalada hizo circular rumores de que la Fed podría incrementar las compras de bonos para moderar el alza en las tasas a largo plazo, un tema que el banco central deberá afrontar en su reunión del 23 y 24 de junio, y tal vez antes.

"El mercado cree que la Fed expandirá sus compras de valores respaldados por hipotecas y bonos del Tesoro, pero mientras más demore en hacerlo, mayor es la probabilidad de que el mercado supere los esfuerzos de la Fed y aumente el riesgo de un aumento más pronunciado en los retornos", afirmó Ronti Pal, director de corretaje de tasas de interés de EE.UU. para Barclays Capital.

La Fed estima que el aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro en marzo y abril fue, en su mayor parte, benigno. El banco central comandado por Ben Bernanke determinó, a fines de abril, que las alzas en las tasas estaban relacionadas con "las mejores perspectivas económicas, una disminución de la preocupación sobre las instituciones financieras y quizás cierta reversión de los flujos de capital que habían favorecido los activos de mayor calidad", según las minutas de la reunión.

En esa reunión, la Fed decidió "ver cómo responden la economía y las condiciones financieras a las acciones ya implementadas antes de decidir si ajustar el tamaño o el momento de las compras de activos", señalaron las minutas.

Replanteo de estrategia

El reciente aumento en las tasas, sin embargo, ha obligado al banco central a reevaluar su estrategia. Si las tasas de largo plazo suben de forma muy abrupta, podrían perjudicar el repunte de la economía al elevar el costo del financiamiento. Los retornos se están acercando a los niveles que imperaban a fines del año pasado, aunque la economía aún es frágil.

Si la Fed interpreta el alza de las tasas de largo plazo como una señal de recuperación, una indicación de que los inversionistas están dispuestos a abandonar la seguridad de los valores del Tesoro de EE.UU. en busca de mayores retornos o un suspiro de alivio de que la deflación parece una posibilidad más lejana, es menos probable que actúen con energía para controlar el alza. Si, en cambio, el banco central concluye que el mercado de bonos pone en riesgo el repunte de la economía, podría aumentar sus compras de activos.

El banco central ha seguido muy de cerca la evolución de las tasas de interés de los préstamos del sector privado. Aunque las tasas de los créditos hipotecarios han subido, no ha pasado lo mismo con las de los préstamos a empresas. Los rendimientos de los bonos corporativos con calificación Baa, por ejemplo, han caído de 9,2%, cuando empezó la venta masiva de bonos del Tesoro, a 7,8%. La menor brecha entre los rendimientos de los bonos del Tesoro, considerados la inversión más segura del mercado, y los bonos corporativos es vista como una de las tantas señales de que los mercados de crédito se están normalizando paulatinamente.

Los mercados, en todo caso, están haciendo subir las tasas hipotecarias a pesar de las medidas de la Fed.

El banco central compró otros US$25.000 millones en valores hipotecarios hasta la semana terminada el miércoles. Sin embargo, a medida que otros inversionistas venden, la brecha entre los rendimientos de los valores respaldados por hipotecas y los bonos del Tesoro comparables se amplió en aproximadamente 1,69 puntos porcentuales el jueves, de 1,33 puntos hace una semana, según la firma de servicios financieros FTN Financial. "Esto se ha convertido en una ola de ventas de dos días, lo que es inusual", señala Kevin Cavin, estratega de FTN.

En los últimos seis meses, a cualquier ampliación de la brecha en un sólo día le ha seguido un estrechamiento a medida que los rendimientos de los valores se ponen al día con el movimiento de las tasas del Tesoro. "Hoy es diferente. Esto va en contra de lo que la Fed está tratando de hacer", señala.

Fuente: WSJ

28 may 2009

Lecciones de la caída de General Motors

por John Kay

General Motors avanza hacia el olvido. El gigante caído fue el icono corporativo del siglo XX. Puso en marcha la producción a gran escala, creó la idea de la gestión profesional y definió una estructura favorable a la corporación industrial diversificada.

Estos rasgos que ahora forman parte de nuestro panorama industrial se introdujeron hace un siglo. El otro día, durante un desayuno de Financial Times, debatimos sobre cuáles eran los libros empresariales más importantes publicados hasta la fecha. Yo nombré tres.

"El Concepto de Corporación" de Peter Drucker, pionero en el análisis riguroso de los aspectos relacionados con la gestión, "Mis años en General Motors", de Alfred Sloan, en mi opinión la mejor autobiografía empresarial, y "Estrategia y Estructura" de Alfred Chandler, que hizo de la historia empresarial y la estrategia corporativa dos disciplinas académicas. Hasta entonces no había caído en la cuenta de que las tres historias versaban sobre GM. La historia de los negocios modernos es la historia de GM y viceversa.

Según Adam Smith, la división del trabajo era la clave hacia la prosperidad y el crecimiento económico. Frederick Taylor tradujo la división del trabajo en lo que el denominó "gestión científica". A cada trabajador se le asignaría una tarea concreta y posteriormente se evaluaría meticulosamente su rendimiento. Henry Ford hizo de estos conceptos teóricos una realidad práctica.

Los trabajadores menos cualificados serían contratados en la línea de ensamblaje de una fábrica de automóviles. El modelo de producción a gran escala de Ford no tardó en ser imitado y en los años veinte, su empresa había sido superada por su principal competidor. La diferencia en los nombres de estas organizaciones, General Motors frente a Ford Motor Company, es bastante elocuente. Ford fue la creación de un genio irascible e idiosincrásico. La genialidad de Sloan fue crear una compañía que no dependiera de ningún individuo en concreto.

Drucker eclipsó a Sloan durante casi dos años y las relaciones entre los dos acabaron por deteriorarse. Drucker comentó mordazmente que el libro de Sloan debería haberse llamado "General Motors mientras estuve allí". La personalidad de Sloan apenas se conocía porque su visión de la gestión no dejaba apenas sitio a la identidad.

GM surgió de una serie de grupos integrados por el empresario Billy Durant. Sus ambiciones precedían a su capacidad de gestionar grandes y complejas empresas. Sloan dio forma al conglomerado creado por Durant, como explicó Chandler. Éste opinaba que los directivos profesionales conseguirían aumentar la eficacia de las empresas diversificadas a través de la descentralización.

En la década de los cincuenta, GM era la empresa con más éxito de la historia, pero la globalización de los mercados mundiales provocó el declive de este gigante corporativo. Los consumidores se volvieron más selectos y otros grupos consiguieron desplegar ventajas competitivas a escala mundial. Después de que las ventas de coches fabricados por General Motors consiguieran récord históricos a nivel mundial, comenzó un largo y constante declive. Las características que un día fueron sus puntos fuertes acabaron por convertirse en sus debilidades.

La producción a gran escala y el sistema de remuneración por piezas creó una mano de obra entre cuyas prioridades no estaba la calidad del producto. La caída de GM resulta tan aleccionadora como su éxito. La producción a gran escala es ahora una actividad que se realiza en países con bajos costes de producción. Los fabricantes de coches occidentales con más éxito orientarán su producción a los nichos de mercado.

Tanto las teorías de Ford como las de Taylor, según las cuales la retribución está directamente relacionada con el rendimiento individual, han tenido efectos igualmente desastrosos en el rendimiento corporativo en lo relacionado con las líneas de ensamblaje, las salas de juntas o los parqués. El desafío de cómo conciliar la gestión profesional y la cultura de la innovación sigue siendo un aspecto fundamental para los expertos en gestión. Si el éxito de GM definió el programa de gestión del siglo XX, su declive también será ejemplo de las prácticas del siglo XXI.

The Financial Times Limited 2009. All Rights Reserved

27 may 2009

Chile cosecha los frutos de haber ahorrado durante al auge de las materias primas

Por Matt Moffett

SANTIAGO—Durante el reciente boom en los precios de las materias primas Andrés Velasco, el ministro chileno de Hacienda, fue un aguafiestas. Chile, el mayor productor de cobre del mundo, estaba cosechando la bonanza proveniente de la cuadruplicación del precio del metal, pero Velasco insistió en destinar una buena porción de esos ingresos a un fondo de estabilización.

Cuando los ahorros superaron los US$20.000 millones —más del 15% del Producto Interno Bruto— creció la presión para que el ministro de 48 años rompiera la alcancía. En septiembre, un grupo de manifestantes irrumpió en una presentación de Velasco, portando una pancarta con su figura y gritando "la plata del cobre es para la gente humilde".

Velasco, preocupado de que un alud de ingresos provocara burbujas de crédito y consumo, se mantuvo firme a pesar de que la popularidad del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet se desvanecía. La historia latinoamericana, advirtió, está "plagada de episodios de auges mal manejados que terminaron con el desperdicio de los recursos".

Hoy, Velasco parece un profeta. Desde el inicio de la crisis económica global, los precios del cobre han caído 50%, parte del pronunciado declive de otras materias primas. Las economías emergentes que no cuidaron el bolsillo en los años de vacas gordas ahora sufren las consecuencias. Argentina, donde abunda la soya, enfrenta una posible cesación de pagos mientras que Rusia, rica en petróleo, ha tenido que salir al rescate de bancos y empresas que se sobreendeudaron.

Gracias a la prudencia de Velasco, Chile trata de capear la recesión global por sus propios medios. Las medidas preventivas han permitido que el gobierno no tenga que gastar un solo peso en rescates bancarios. Luego de haber aprovechado la época de bonanza para pagar su deuda externa, Chile es un país acreedor con una calificación de deuda que fue elevada por Moody's Investors Service en marzo.

El país está destinando parte de sus ahorros del cobre a un gran plan de estímulo que consiste en obras públicas que generan empleo, incentivos tributarios para empresas e inversiones para mantener minas en operación, entre otras medidas. El de Chile es uno de los mayores paquetes de estímulo fiscal del mundo, relativo al tamaño de la economía. El plan chileno equivale al 2,8% del PIB, frente al 2% del PIB en el caso de Estados Unidos. Como resultado, los economistas esperan que la producción anual disminuya 0,5% este año, una caída leve comparada con el desempeño de otras economías.

Juan Carlos Huaiquimil, que vende bebidas desde un carrito ambulante, encabeza una de los 1,7 millones de familias, el 40% más pobre de la población, que recibió un bono del gobierno equivalente a US$70 en marzo. Huaiquimil dice que el dinero vino como caído del cielo, ayudándole a pagar materiales y uniformes escolares para sus tres hijos. "¿Cuántos países están en situación de poder regalar dinero hoy en día?", pregunta.

La respuesta en los mercados emergentes es no muchos. Durante el auge de las economías emergentes que empezó en 2003, los gobiernos que estaban amasando los dólares provenientes de sus exportaciones de commodities o bienes manufacturados a menudo alabaron de la boca para afuera la idea de ahorrar para los tiempos difíciles. Países desde Bahrain a Brasil crearon fondos soberanos, vehículos de inversión diseñados para hacer crecer las arcas nacionales.

Pero ahora, cuando el gasto público debe llenar el vacío dejado por la inversión privada, las economías emergentes "tienen una capacidad limitada para reactivar sus economías", dice Claudio Loser, ex economista jefe para Latinoamérica del Fondo Monetario Internacional. Por eso la recuperación en muchas economías emergentes probablemente será titubeante, afirma.

Brasil e India tienen altos niveles de deuda, algo que compromete los recursos que, de otro modo, serían utilizados para estimular la economía, dice Loser. México, por su parte, no tiene mucho margen de maniobra para fomentar el gasto en parte porque el gobierno destinó más ingresos de los años buenos a gastos corrientes que al fondo soberano del país, dicen economistas.

La prudencia está pagando dividendos políticos atrasados para la Concertación, la coalición gobernante de Chile. El gobierno es más popular ahora, en medio de una recesión global, que en los años del auge del cobre. La presidenta Bachelet tiene un índice de aprobación del 67%, 25 puntos por encima de agosto pasado. Velasco, cuyo puesto parecía peligrar hace uno año o dos, es tan popular como ella.

Sebastián Piñera, un exitoso empresario conservador, parecía el seguro ganador de las elecciones presidenciales de diciembre, una victoria que pondría punto final a 20 años de gobierno de la Concertación. Pero el diestro manejo de la crisis por parte del gobierno le ha infundido nuevas esperanzas a la campaña del candidato de la coalición, el senador y ex presidente Eduardo Frei.

La conciencia de ahorro fiscal de Chile, que por mucho tiempo ha sido un laboratorio de experimentos económicos, fue forjada por una tragedia en los años 70. Para financiar su plan para convertir al país en un estado socialista, el entonces presidente Salvador Allende imprimió más dinero, causando una inflación de más del 500% y alienando a la clase media. Las tensiones sobre la sociedad desembocaron en el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, en el cual los aviones de la Fuerza Aérea bombardearon el palacio presidencial.

Velasco, que en ese entonces tenía 13 años, recuerda que un senador visitó a su padre, un profesor de derecho, un día antes de que éste respondiera a una citación judicial para que se presentara ante las autoridades. El senador creía que su padre "llegaría a la casa a cenar", cuenta el ministro. "No volvió durante tres o cuatro años". Estuvo preso y, años más tarde, fue expulsado del país por denunciar los abusos de derechos humanos.

Velasco estudió economía en la Universidad de Columbia como parte de un intento por "entender cómo esto pasó (en Chile) y cómo asegurarnos de que no vuelva a ocurrir". La conclusión a la que llegaron Velasco y otros economistas de izquierda fue que la inflación galopante había convertido a Chile en un territorio fértil para los intentos golpistas y que no se puede garantizar la estabilidad política sin la estabilidad financiera.

Tomando esa lección en cuenta, los gobiernos de la Concertación que han gobernado desde 1990 han registrado superávit fiscales en todos los años, salvo cuatro, dice Velasco. También preservaron las políticas pioneras de libre mercado del régimen militar liderado por Augusto Pinochet, incluyendo la privatización del sistema de pensiones y de las empresas públicas.

Cuando Velasco se hizo cargo de la cartera de Hacienda, en 2006, el país vivía un alza histórica en los precios del cobre, algo que puede crear burbujas en la banca, los bienes raíces y el consumo. Al mismo tiempo, las ganancias en dólares de las materias primas pueden fortalecer demasiado la moneda local, perjudicando las exportaciones. Eso hace que la economía sea vulnerable cuando cae el precio de los commodities, como Chile ya experimentó en carne propia a principios de los 80.

Para impedir que la historia se repitiera, Velasco impulsó en 2006 una ley que exige que el presupuesto anual se base en una estimación de un comité independiente del precio promedio del cobre en los próximos diez años, no en el precio de mercado actual. Los ingresos del cobre por encima del precio calculado en el presupuesto van a parar a un fondo gestionado en el exterior. En 2007, por ejemplo, el precio calculado en el presupuesto fue de US$1,21 la libra, mientras que el precio de mercado llegó a US$3,23 la libra. El excedente, unos US$6.000 millones, se destinó a un fondo de ahorro invertido en instrumentos conservadores como bonos del gobierno e instrumentos del mercado monetario denominados en dólares, euros y yenes. El programa es "exactamente lo que haría cualquier familia", dice Velasco. "Si se recibe un dinero extra uno se pregunta ¿lo volveré a tener el próximo año? Si la respuesta es no, entonces hay que ahorrar una parte".

Ahora, Chile puede echar mano a esos ahorros.

El gobierno invirtió US$700 millones en un gigantesco programa de infraestructura que promete crear 80.000 empleos en obras como pavimentación de carreteras. Uno de los trabajadores es Roberto Urrutia, quien había estado cesante desde diciembre y se vio forzado a cancelar su teléfono de línea fija y pedir prestado para la educación de sus hijos. "Colocarme el casco es la mejor sensación del mundo en estos momentos", dice.

[Chile]

Fuente: WSJ

Nota del seleccionador: En Chile, la explotación del cobre está en manos del Estado.

26 may 2009

La crisis financiera le cambiará la cara a la Fed

Por Jon Hilsenrath

Durante sus 96 años de historia, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha atravesado por un puñado de momentos de transformación. El actual es uno de ellos.

La historia podrá mostrar que la Fed ayudó a evitar una Gran Depresión en 2008, pero los pasos radicales que tomó a lo largo del camino la hacen más vulnerable políticamente de lo que ha sido en décadas. Una amplia reevaluación del rol de la Fed en el sistema financiero y su gobierno comienza a materializarse.

Durante la Depresión, el mandato del banco central fue ampliado para permitir que prestara dinero extensamente durante situaciones de emergencia y, más tarde, el poder dentro de la Fed fue trasladado desde Nueva York a Washington. En los años 50, un acuerdo con el Tesoro liberó a la Fed de la responsabilidad de fijar las tasas de interés de largo plazo. En los años 80, Paul Volcker fortaleció la credibilidad de la Fed cuando resistió y aumentó las tasas de interés de corto plazo para derrotar a la inflación. En los años 90, la Fed dio pasos graduales hacia una mayor transparencia, al anunciar los cambios en las tasas de interés, por ejemplo.

En esta ocasión, la Fed podría obtener ciertas facultades importantes como nuevo regulador de la estabilidad financiera, como la autoridad para controlar instituciones financieras tan grandes que pueden poner en riesgo el sistema. Pero podría perder otros poderes, como la autoridad de regular la actividad financiera de los consumidores o prestar sin controles durante emergencias. El Congreso estadounidense, asimismo, podría menoscabar la independencia de la Fed, en especial la ley que permite que los bancos comerciales elijan los consejos directivos que supervisan los bancos regionales de la Fed.

Es demasiado prematuro para saber si la Fed saldrá de esta reestructuración como una institución debilitada y menos efectiva, o una con más poder y prestigio. Hay mucho en juego. Un banco central ineficaz puede causar estragos en la economía al alimentar la inflación o crear inestabilidad financiera. Mucho depende de cómo responde la economía a su medicina. Si se afianza una recuperación, la Fed tendrá gran poder de negociación.

"La Fed va a cambiar", afirma Frederic Mishkin, un profesor de la Universidad de Columbia que se desempeñó como gobernador de la Fed hasta agosto pasado. "Si las cosas salen bien en términos políticos no será un cambio radical".

Uno de los aliados clave de Bernanke en el Congreso de EE.UU. es el demócrata Barney Frank, quien afirma que no quiere adentrarse en mucho en estos temas hasta el próximo año. "Estamos en medio de una crisis", señaló el presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes. "No quisiera que se considerara que estoy afectando la capacidad de la Fed de enfrentar la crisis".

Uno de los temas clave es la independencia de la Fed. Los estudios económicos, realizada por el actual asesor económico de la Casa Blanca Lawrence Summers, entre otros, demuestran que los bancos centrales son menos efectivos para combatir la inflación cuando la política motiva sus decisiones. Los críticos sostienen que la Fed ya sacrificó su independencia al alinearse tan de cerca con el Departamento del Tesoro para rescatar a firmas con problemas como Bear Stearns, American International Group y Citigroup.

Al interior de la Fed creen que los críticos están pasando por alto una distinción clave: el banco central actuó en conjunto con el Tesoro para rescates individuales, pero sus decisiones más generales sobre las tasas de interés y cuánto dinero inyectar a la economía son tomadas completamente por la Fed. Su independencia, en otras palabras, sigue intacta.

¿Se mantendrá así? No necesariamente.

Una vulnerabilidad son los 12 bancos regionales de la Reserva Federal, cuyos presidentes tienen voz y voto en las decisiones de la Fed sobre tasas de interés. Los bancos regionales son bichos raros, que fueron creados en 1913 cuando se formó la Fed mediante un acuerdo político entre agricultores, banqueros y políticos que desconfiaban el uno del otro. Los miembros de la junta de los bancos, que provienen del sector privado, eligen sus presidentes, sujetos a aprobación por parte de la junta de la Reserva Federal en Washington.

Otros temas redefinirán el poder y la independencia de la Fed. Algunos economistas afirman que la Fed debería perder su poder de regular actividades de finanzas de consumo, como las prácticas de los bancos referentes a tarjetas de crédito, que no es central a su tarea de mantener la inflación y el crecimiento económico a un nivel estable.

Fuente: WSJ

25 may 2009

Divisas: ¿Es el dólar el que mueve el petróleo o viceversa?

por Francisco López Ollé


Desde principios de año, la cotización del petróleo ha ido avanzando más de un 30%, pasando de niveles de 40 dólares el barril hasta los máximos anuales alcanzados recientemente de 60 dólares. En esta subida han sido varios los factores que han actuado, vale la pena destacar la mejora de las expectativas de crecimiento de las principales economías, la efectiva reducción de la producción por parte de la OPEP y la mejora de la demanda China .

Las previsiones sobre dos de las principales economías mundiales EEUU y China, han ido mejorando durante el mes pasado siendo la principal causa de las fuertes alzas registradas en los mercados de acciones. Los principales bancos centrales han declarado que existen síntomas de estabilización de los principales indicadores y estiman la recuperación podría venir para comienzos del año que viene e incluso, en el caso de EEUU, para finales de este.
Sin embargo existe otro factor que ha estado contribuyendo a los avances continuados de la cotización del oro negro, la debilidad del billete verde que, tras los avances cosechados desde el inicio de la grave situación macroeconómica en la que nos encontramos, se ha dado un respiro presionado al alza la cotización del petroleo. El dólar paradógicamente esta acusando la mejora en las expectativas de la economía estadounidense debido al disminución de la aversión al riesgo y la huida de monedas refugio que esto provoca.
Desde el comienzo de 2008, la correlación entre el precio del petróleo y el Dólar Index ha sido aproximadamente -0,90. Esto significa que el 90 por ciento de las veces, cuando el índice dólar cae, los precios del petróleo aumentan. Aunque la correlación se rompió desde principios de enero de 2009 a finales de febrero, aumentó en marzo y se ha mantenido firme durante todo el mes de mayo.

El precio del petróleo esta denominado en dólares de acuerdo con la Organización de Países exportadores de petróleo OPEP, produciendo una relación prácticamente mecánica. Cuando el dólar cae, la cotización del petróleo sube para mantenerse constante en términos de euros. Los productores de petróleo reciben sus ingresos del petróleo en dólares estadounidenses, generándose así una necesidad de ser compensados por las fluctuaciones de la moneda. Pero a pesar de esta estrecha relación esto no siempre se respeta.

El comportamiento del dólar tiene un impacto directo sobre la cotización del petroleo pero ¿podría tener impacto el petróleo sobre la cotización del dólar?

También puede ser argumentado que el aumento de los precios del petróleo está impulsando el dólar de los EE.UU a niveles mas bajos. Un estudio realizado por los miembros del FMI en 1996 demostró que un 10% de incremento en la cotización del petróleo puede provocar una depreciación real del 2% en la tasa de intercambio real de los principales países de la OCDE.

Esto no debería ser demasiado sorprendente, ya que los mayores precios del petróleo se traducen en mayores costos de las importaciones de petróleo por parte de los EE.UU. que a su vez conduce a un incremento de la cuenta corriente y déficit comercial en este país lo que supone un elemento claramente bajista para el dólar. También afecta el crecimiento.

Cuando los precios del petróleo tocaron los 150$ por barril, los precios de la gasolina en los EE.UU se dispararon hasta los 4$ por galón. El efecto real que esto tiene es como un impuesto para los consumidores y afectaron a la rentabilidad de las empresas considerablemente. Los elevados precios del petróleo lastran el crecimiento, que a su vez daña las perspectivas de la economía de los EE.UU y aunque se trata más bien de un escenario a largo plazo es importante tenerlo en cuenta.

Estos dos activos tienen una relación inversa desencadenada unas veces por uno y otras veces por otro, dependiendo mucho de las circunstancias del mercado. Cuando los precios del petróleo alcanzaban niveles récord en julio del año pasado, era lógico pensar que el precio del petróleo estaba dirigiendo la cotización del dólar debido a la preocupación por la tensión que tendría en la economía de los EE.UU.

Sin embargo, ahora es más probable que el dólar este impulsando el precio del petróleo ya que las perspectivas sobre la demanda mundial no son claras y los inversores están menos centrados en el impacto que los altos precios del petróleo puedan tener sobre el comercio y la economía, tomándose más bien como una señal de recuperación económica.

Fuente: X-Trade Brokers