25 mar 2009

Los 'hedge funds' vuelven al punto de mira de los reguladores

Hasta el momento los fondos de inversión especulativos (hedge funds) han evitado la estricta regulación a la que están sometidos otros fondos. Pero tal vez dicha situación haya llegado a su fin a medida que la administración Obama y el Congreso buscan el modo de evitar otra crisis financiera.

Aunque aún no está muy claro cuál ha sido el papel desempeñado por los fondos de inversión especulativos en la crisis actual, diversos profesores de Wharton creen que los malos resultados obtenidos por el sector, así como la demanda de mayor transparencia por parte de inversores y reguladores, provocarán grandes cambios en el modo en que operan estos secretos fondos de inversión.

Es muy probable que la preocupación sobre los hedge funds haya aumentado tras la publicación el 18 de marzo en Wall Street Journal de un artículo en el que se informaba que la aseguradora AIG podría dedicar el dinero de los contribuyentes a fondos de inversión especulativos que apostaron por la caída del mercado inmobiliario. Tal y como se explicaba en dicho artículo, al mismo tiempo que el gobierno lucha para resucitar el mercado de la vivienda podría estar gastándose miles de millones de dólares en recompensar hedge funds que se beneficiaron de la caída del mismo.

Hace tiempo que los numerosos detractores quieren que se tomen enérgicas medidas reguladoras en relación con los fondos de inversión especulativos, sosteniendo que tanto reguladores, inversores como el público en general saben muy poco sobre cómo las influencias de este sector sobre los mercados financieros. Pero hasta el momento el sector ha conseguido mantenerse a salvo de todo intento regulador, el más importante en el año 2005, cuando la Securities and Exchange Commission (SEC) propuso el registro obligatorio de los fondos en la agencia, así como una mayor supervisión. En 2006 un Juzgado Federal dictaminó que la SEC no tenía autoridad para imponer semejante medida.

Pero cada vez son más numerosas las voces que claman regulación. El 29 de enero los senadores Carl Levin, demócrata de Michigan, y Charles E. Grassley, republicano de Iowa, introducían una propuesta de ley que otorgaría a la SEC autoridad para regular los hedge funds. Grassley sostiene que el clima político ha cambiado totalmente de dos años para acá, cuando se intentó aprobar una ley similar que no llegó a ninguna parte.

Los burócratas de la administración Obama también apoyan una regulación más estricta, aunque nadie cuál será el grado de severidad. Según algunas noticias publicadas hace unas semanas, el plan general de esta administración para endurecer la regulación del sector financiero incluiría una mayor supervisión de los hedge funds por parte de la Reserva Federal. Reglas más estrictas también podría implicar mayor transparencia de los fondos. Es muy posible que una mayor regulación acabe limitando la capacidad de los hedge funds de endeudarse para sobrealimentar sus apuestas, o incluso frenando algunas inversiones de alto riesgo. La idea principal es asegurarse de que las actividades de estos fondos de inversión especulativos tengan consecuencias negativas únicamente sobre sus inversores, no sobre pobres inocentes. Y parece ser que cualquier regulación se ira aprobando por etapas; inicialmente se mejorará la transparencia y luego se irán imponiendo nuevas normas a medida que se vayan detectando nuevos obstáculos.

Según estimaciones del sector, 10.000 fondos de inversión especulativos controlan cerca de 1,5 billones de dólares en activos. Los hedge funds crecieron de manera espectacular en las últimas dos décadas a medida que los inversores buscaban rendimientos superiores a los del mercado, pero ahora cientos de fondos han perdido dinero y desaparecido, y los inversores pretenden recuperar su dinero en otros fondos. “El sector de los fondos de inversión especulativos está en estos momentos desvaneciéndose”, afirma Thomas Donaldson, profesor de Derecho y Ética Empresarial en Wharton. “Estamos viendo un sector cuya burbuja ha explotado”.

“El año próximo veremos grandes cambios en la regulación”, añade el profesor de Finanzas de Wharton Richard Marston refiriéndose a la supervisión de todo el sector financiero, incluyendo los hedge funds. “No me importa en absoluto que los ricos de Palm Beach se queden desplumados… me importa que las empresas de Filadelfia sufran porque los fondos de inversión especulativos hayan desencadenado el pánico en los mercados financieros. Esta vez no lo han hecho. Fueron los bancos. Pero la próxima vez tal vez sean los hedge funds”.

En 2008 el fondo de inversión especulativo promedio tuvo pérdidas del 20%. Si queremos ser optimistas, dichas pérdidas son sólo la mitad de las obtenidas por el mercado de valores de Estados Unidos. No obstante, resulta bastante molesto para inversores que tienen en mente el objetivo original de los hedge funds: ganar dinero incluso cuando el resto de mercados pierde. 2008 fue el segundo año con resultados negativos para los fondos de inversión especulativos; el primero fue 2002, con un 1,45% de pérdidas.

El profesor de Finanzas de Wharton Marshal E. Blume señala que muchos hedge funds han desaparecido durante los últimos dos años después de haber sido virtualmente exterminados, y por tanto los resultados de los supervivientes dan una imagen mucho más positiva de la realidad. Según un estudio, cerca de 700 fondos desaparecieron en los tres primeros cuatrimestres de 2008, un incremento del 70% en comparación con el año previo. Algunas proyecciones hablan de la desaparición de 1.000 fondos al final del año, en otras palabras, el 10% del sector. “Existe un gran sesgo post-selección en los rendimientos de los hedge funds”, dice Blume. “Los fondos de inversión especulativos que fracasaron no están incluidos en esas cifras de resultados”.

Errores garrafales de política

Para ser justos, parte de las pérdidas de 2008 del sector de los fondos de inversión especulativos deberían ser atribuidas a errores garrafales de política federal en respuesta a la crisis bancaria, sostiene el profesor de Finanzas Richard J. Herring. Uno de esos errores garrafales ha sido, en su opinión, la decisión el pasado septiembre de permitir que Lehman Brothers se precipitase al vacío, lo cual hizo temer la llegada de más pérdidas e hizo caer el precio de los valores. Los hedge funds también se vieron perjudicados, señala Herring, por una prohibición el pasado otoño relacionada con las ventas en corto, esto es, apostar que los mercados van a caer, una práctica clave en la estrategia de inversión de muchos fondos. “Con la prohibición de vender en corto, la liquidez de varios mercados simplemente se evaporó”.

Aunque posiblemente los hedge funds no sean los culpables directos de la actual crisis, hace tiempo que a muchos expertos les preocupa que estos fondos puedan desencadenar una crisis mundial. La primera alarma saltaba en 1998 con el colapso del hedge fund de Connecticut llamado “Long-Term Capital Management”, que había realizado complejas apuestas sobre el precio de los bonos. Para evitar un tsunami financiero, la Reserva Federal organizó un grupo de grandes bancos para hacerse cargo de los activos de LTCM.

“No eran altruistas”, dice Marston acerca de los bancos rescatadores. “Estaban salvando su propio pellejo. Es el motivo principal por el que los hedge funds deben supervisarse”.

Aunque la legislación actual no obliga a la inscripción en la SEC de los fondos de inversión especulativos, muchos lo hacen porque sus inversores institucionales así lo solicitan. Las firmas registradas representan cerca del 70% de los activos de los hedge funds. Como únicamente están abiertos a gente pudiente e inversores institucionales, los hedge funds han disfrutado durante mucho tiempo de cierta excepcionalidad, no estando sujetos a los requisitos de transparencia o la regulación aplicable a los fondos de inversión, fondos que cotizan, rentas vitalicias u otras inversiones abiertas al público en general. Asimismo los fondos de inversión especulativos disponen de más opciones de inversión, como por ejemplo vender en corto, con apalancamiento o hacer apuestas sobre materias primas y derivados, estrategias en muchos casos no permitidas para el resto de fondos.

La teoría es que los hedge funds se circunscriben a los inversores que pueden permitirse grandes riesgos. “No creo que deba haber una regulación que impida que inversores bien informados pierdan dinero”, dice Blume.

Pero la actual crisis financiera ha dirigido el foco de atención hacia el riesgo sistémico, cuando todo el sistema financiero sufre las actividades de un pequeño grupo de jugadores, señala Blume. En los actuales mercados financieros, muy dinámicos, todo está conectado con todo lo demás. “Lo más preocupante es que grandes cantidades de capital pueden contribuir al riesgo sistémico y a recesiones sistémicas. Es un preocupación muy válida… los hedge funds disponen de enormes cantidades de dinero”.

Si las apuestas de los fondos de inversión especulativos son capaces de enturbiar los mercados, pueden perjudicar a pobres inocentes. Marston señala que las donaciones de la universidad y los planes de pensiones se han convertido en grandes inversores en hedge funds, lo cual supone que cualquier fallo podría hacer daño a gente inocente. Marston citaba un estudio que muestra que la universidad estadounidense promedio había dedicado el 15% de su cartera de inversiones a “inversiones alternativas”, partida que incluye fondos de inversión especulativos otros fondos especialmente arriesgados.

Tal y como explica Christopher C. Geczy, profesor adjunto de Finanzas de Wharton, los hedge funds pueden ser muy arriesgados para los inversores, pero no existe evidencia de que hayan desempeñado un papel protagonista en la actual crisis financiera. “A diferencia de lo que cree la gente, los hedge funds no han sido los causantes de esta crisis”, dice.

Marston y Blume están de acuerdo. “No creo que los hedge funds hayan sido la causa de esta debacle actual”, señala Blume echándole más bien la culpa a la presión del gobierno para fomentar la propiedad de la vivienda, algo que a su vez fomentó hipotecas entre personas con poca capacidad crediticia. Dichas hipotecas fueron agrupadas en valores y estos valores vendidos a inversores de todo el mundo; el precio de dichos valores cayó al vacío cuando los propietarios empezaron a retrasarse en los pagos de sus mensualidades. “Los hedge funds compraron parte”, dice. “Si los hedge funds pierden dinero no hay problema. El problema es cuando los bancos pierden dinero”.

En opinión de Marston, los bancos de inversión tienen mucha más parte de culpa en la actual crisis financiera. Insatisfechos con los beneficios obtenidos con sus actividades tradicionales –como fusiones y adquisiciones o suscripción de valores-, en los últimos años los bancos de inversión actuaron como sí ellos mismos fuesen fondos de inversión especulativos, realizando apuestas con apalancamiento muy complejas en sus propias cuentas, explica Marston.

Podría haber sido de gran utilidad que los reguladores hubiesen dispuesto de más información sobre las posiciones amasadas por los hedge funds, añade Blume, pero los reguladores sabían que los bancos estaban creando y vendiendo productos estructurados basados en hipotecas y otros préstamos arriesgados. “Si hubiesen tenido más información sobre los fondos de inversión especulativos, ¿habría cambiado algo? Probablemente no”. La actual estructura reguladora no trata muy bien el riesgo sistémico, señala Blume, principalmente porque la SEC, otras agencias gubernamentales y los propios entes reguladores del mercado de valores tradicionalmente se han centrado en proteger a los inversores individuales, no a supervisar el funcionamiento general de los mercados financieros.

“Incluir en esta categoría a los hedge funds no contribuirá en absoluto a resolver el riesgo sistémico porque a la SEC no le preocupa este riesgo”, dice Blume. “Aquí es donde nos introducimos en nuevos terrenos. Por definición, si te preocupa el riesgo sistémico deberás asignar dicha misión a una organización, y en estos momentos no existe esa organización. Es más, habría que hacerlo a nivel mundial. Estados Unidos es poco propenso a ceder parte de su soberanía a favor de entes extranjeros… La actual estructura es por tanto inadecuada. No estoy seguro de hacia dónde nos dirigimos”.

En Washington se están discutiendo varias ideas; desde simplemente fomentar la autoridad de los reguladores ya existentes hasta conceder poderes a la Reserva Federal en temas de regulación. Se habla incluso de crear una nueva “superagencia”. El diputado demócrata por Massachussets Barney Frank, que dirige el Financial Services Committee, quiere hacer a la Reserva Federal responsable de proteger la estabilidad del sistema financiero, con nuevos poderes para recabar información sobre hedge funds, aseguradoras, bancos de inversión y otros entes. Parece ser que la administración Obama quiere mostrar progresos reales en esta materia durante la reunión de abril del G-20. Los burócratas del gobierno han dado la bienvenida a las recomendaciones para una regulación más estricta propuestas en un informe del pasado año realizado por un comité internacional liderado por Paul A. Volker, ex presidente de la Reserva Federal que en la actualidad es asesor económico de Obama.

El efecto Madoff

Incluso sin una nueva regulación, es muy posible que el sector cambie. De hecho ya está cambiando: para retener a los inversores muchos fondos han recortado sus comisiones. Lo normal era un 2% sobre los activos gestionados y un 20% sobre los beneficios. “Cada vez hay más gente que habla de las altísimas comisiones que aplican estos fondos, algo de lo que Warren Buffet siempre ha hablado. Ahora estamos viendo cómo bajan… un par de fondos han renunciado al 20% sobre los beneficios. Algunos han bajado del 2 al 1% sobre los activos gestionados”.

Los fondos también están sufriendo la presión de los inversores, contrarios a las actuales normas restrictivas para retirar dinero. De hecho, muchos fondos han endurecido dichas normas, cerrando toda puerta de salida, después de la crisis financiera que estimuló la desinversión. “Existe cierto malestar entre los inversores que ven como se ha cerrado la puerta de acceso a sus inversiones”, dice Marston. “Impedir que los inversores recuperen sus activos cuando muchos de ellos están desesperados por conseguir efectivo les alienará de manera permanente”. No obstante, permitir las desinversiones también crea problemas. Los fondos pueden quedar heridos de muerte, dificultando e incluso imposibilitando llevar a cabo estrategias de inversión complejas que requieran compromisos a largo plazo.

Por último, también está la cuestión de cuáles son esas estrategias de inversión. Tradicionalmente los hedge funds han ofrecido a los inversores únicamente descripciones vagas, alegando que deben guardar el secreto sobre sus transacciones para mantener su ventaja. “Dicho argumento, aunque fuerte, está cediendo lentamente a la apertura de cierta información, en especial para los inversores, para darles más confianza”, dice Donaldson.

La demanda de mayor transparencia has sido fomentada por “el efecto Madoff”, eso es, una mayor desconfianza después de que saliese a la luz el pasado año el esquema Ponzi puesto en marcha por Bernard Madoff, con el que estafó unos 50.000 millones de dólares. Aunque la operación de Madoff nada ha tenido que ver con los fondos de inversión especulativos, se empleó el mismo tipo de secretismo que en los hedge funds, y se gestionó dinero para fondos de fondos, esto es, un subconjunto de hedge funds. Ahora muchos inversores quieren saber cómo se emplea su dinero y quién es el propietario de los valores que supuestamente forman parte del fondo, explica Donaldson. “Tiene sentido que haya algo más de transparencia ante la SEC y otras entidades reguladoras. También que exista el modo de atrapar a aquellos que estén haciendo un uso impropio del fondo”. No obstante, Donaldson advierte que las opciones de inversión de los fondos de inversión especulativos son tan variadas que será muy difícil regularlos de manera efectiva.

Claramente estos son tiempos duros para los hedge funds. Pero no hay muchos expertos que piensen que el sector va a desaparecer. Los inversores siempre se sentirán atraídos por las promesas de grandes beneficios, y los fondos de inversión especulativos pueden emplear estrategias no permitidas a los fondos de inversión y otras inversiones. “Creo que los hedge funds van a ser evaluados más cuidadosamente por los inversores”, dice Blume, “pero no creo que el sector vaya a perder fuerza”.

Fuente: Universia Knowledge@Wharton