22 dic 2011

La disimulada ayuda de los gobiernos a los bancos europeos

Por Sara Schaefer Muñoz, David Enrich y Patricia Kowsmann

LONDRES—Los gobiernos de Europa están haciendo denodados esfuerzos por apuntalar a sus bancos, pero intentan minimizar el costo y ahorrarse el oprobio que provocaría una nueva serie de rescates financiados por los contribuyentes.

El gobierno italiano, por ejemplo, está alentando a los bancos a comprar propiedades públicas que luego pueden usar como garantía para tomar dinero prestado.

Como parte de un amplio recorte de gastos, el gobierno portugués está en esencia, tomando dinero prestado de los fondos de pensiones y podría utilizar parte de esos recursos para ayudar a las empresas estatales a pagar créditos bancarios.

Los gobiernos de Alemania y España también han recurrido a maniobras poco ortodoxas para apoyar a la banca.

Las medidas inusuales coinciden con la creciente presión sobre los países de la zona euro para contener el alza de los costos de financiamiento mostrando a los inversionistas que sus presupuestos están bajo control.

Algunos economistas dicen que tales medidas no son un sustituto adecuado de un paquete de rescate que incluiría la recapitalización de las instituciones financieras y ayuda para emitir nueva deuda.

"La mayoría de estas gestiones tras bambalinas parecen limitadas en tamaño y no abordan el problema general", sostuvo Jacques Cailloux, economista jefe para Europa de Royal Bank of Scotland.

En los últimos años, los gobiernos de países como Irlanda, Alemania y España han recapitalizado a sus bancos. El Banco Central Europeo facilitó las condiciones para que las entidades accedieran a fondos de emergencia al ofrecer créditos a tres años y aceptar un rango más amplio de activos como garantía.

Sin embargo, ha habido una resistencia generalizada a realizar una cirugía más radical para resolver los problemas de fondo del sistema financiero.

El gobierno italiano ha sido uno de los más originales a la hora de hallar maneras de ayudar a que sus bancos conserven capital u obtengan nuevos fondos.

Al 30 de septiembre, los cinco mayores bancos del país acumulaban unos 156.000 millones de euros (US$203.000 millones) de deuda del gobierno italiano y el desplome en los valores de tales bonos ha suscitado inquietudes acerca de la viabilidad de las instituciones. Los bancos, por ende, han tenido problemas para acceder a las fuentes tradicionales de financiamiento.

Una cláusula insertada en la ley de presupuesto del gobierno el mes pasado permite a los bancos usar sus bonos soberanos para comprar cuarteles militares, edificios de oficinas y otros bienes raíces que el Estado trata de vender. El gobierno luego alquilaría las propiedades a sus nuevos dueños y los bancos pueden incorporar las propiedades, que producen ingresos, en valores respaldados por activos, que posteriormente sirven como garantía de los préstamos del BCE, dicen analistas.

En Alemania, a su vez, Commerzbank AG está en conversaciones con el Ministerio de Finanzas para transferir parte o la totalidad de su atribulada división de activos inmobiliarios, Eurohypo, a un "banco malo" de propiedad gubernamental. El banco y el gobierno negocian la mejor forma de estructurar el acuerdo de modo que no se considere un rescate, posiblemente protegiendo al gobierno contra pérdidas o pagándole una suma nominal, señalan fuentes cercanas. Commerzbank, cuyo 25% está en manos del gobierno, recibió un rescate en 2009 pero necesita recaudar unos 5.300 millones de euros antes de mediados del año próximo para satisfacer las demandas de los reguladores europeos.

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En Portugal, el gobierno planea una intrincada maniobra financiera que podría aliviar parcialmente la cartera de préstamos impagos de las compañías estatales.

El Estado acaba de concluir un plan para transferir las obligaciones futuras de pensiones de los bancos al gobierno, a cambio de 6.000 millones de euros que incluyen efectivo, acciones y bonos. La mayor parte de los fondos ayudará a cumplir las metas fiscales del gobierno.

Pero alrededor de 2.000 millones de euros irían a parar a los bolsillos de las compañías estatales en problemas, las que usarían los fondos para pagarle a los bancos. "La medida permitirá a entidades públicas la devolución de deudas, contribuyendo a una reducción en las razones de préstamos respecto a depósitos de bancos portugueses y ayudando a la financiación de la economía", dijo recientemente al Parlamente el ministro de Finanzas, Vitor Gaspar.

El gobierno español usó 5.500 millones de euros del plan de garantía de depósitos para sanear la nacionalizada Caja de Ahorros del Mediterráneo y gestionar su venta a Banco Sabadell SA a comienzos de este mes. En vez de levantar dinero mediante un fondo de rescate, un portavoz del banco central dijo que el programa de seguro de depósitos dejaría intactas las metas fiscales.

Fuente: WSJ