11 feb 2009

Crece el desempleo entre los latinos de EE.UU.

Por Miriam Jordan

LOS ÁNGELES—Durante una década viviendo en Estados Unidos, la mexicana Linex Rivera dio a luz a tres hijas, cuyas nacionalidades estadounidenses les abrían la posibilidad de permanecer en el país de las oportunidades. Sin embargo, las opciones de empleo en EE.UU. se están limitando para su esposo, así que la semana pasada Rivera se unió a un grupo de compatriotas en el consulado mexicano en Los Ángeles para averiguar cómo sus hijas podían obtener la nacionalidad mexicana.

"Estamos pensando en regresar a México y queremos que nuestras hijas tengan todos los derechos de los ciudadanos mexicanos", dice Rivera. Las niñas tienen 3, 5 y 9 años.

Después de una ola histórica de inmigración, muchos latinoamericanos se están preparando para regresar a sus países de origen a medida que se profundiza la recesión estadounidense. El año pasado, los mexicanos que residen en EE.UU. solicitaron en números récord la nacionalidad azteca para sus hijos estadounidenses.

Detrás de esta tendencia está la recesión estadounidense, que está golpeando especialmente duro a los hispanos, según un nuevo estudio del Centro Hispano Pew, una organización de investigación independiente. La tasa de desempleo entre los hispanos que nacieron fuera de EE.UU. saltó a 8% en el cuarto trimestre de 2008, frente a 5,1% en el mismo trimestre del año previo. Durante ese mismo período, la tasa de desempleo para todos los trabajadores en EE.UU. subió de 4,6% a 6,5%.

"Existe evidencia de que menos inmigrantes hispanos están entrando (a EE.UU.) y que más están saliendo", dice Rakesh Kochhar, el economista que preparó el informe de Pew.

El número de personas que fueron atrapadas intentado cruzar ilegalmente a EE.UU. a través de la frontera con México está en su nivel más bajo desde mediados de 1970. Esto se debe en parte a un patrullaje más estricto de la frontera, pero también al debilitamiento de la economía estadounidense. Agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron a 705.000 personas intentando ingresar a EE.UU. en los 12 meses que terminaron el 30 de septiembre. Esto se compara con los 858.638 de un año antes y el 1,1 millón de dos años atrás.

Cabe aclarar que es difícil monitorear los cambios a corto plazo de los 12 millones de inmigrantes indocumentados que se estima viven y trabajan en EE.UU. Algunos dudan de que los mexicanos, que en la década de los 90 llegaron en masa a EE.UU. para trabajar en empleos que pagaban cinco veces más de lo que ganaban en su país, ahora estén regresando en números altos. "Creemos que es un mito la creencia que muchos mexicanos están volviendo", dice un diplomático mexicano en Washington que pidió no ser identificado. "Pero dada la situación económica, algunos quizá lo estén considerando".

Varios indicadores sugieren que lo están considerando en serio. Entre enero y septiembre del año pasado, 32.517 acudieron al consulado mexicano para solicitar la ciudadanía mexicana para sus hijos nacidos en EE.UU., frente a los 28.687 que lo hicieron en todo 2007 y los 20.791 en 2006. El total para este año podría superar los 35.000, según el consulado mexicano.

La nacionalidad estadounidense ha sido considerada por mucho tiempo como un bien preciado por los inmigrantes de los países en desarrollo. Quienes se oponen a la inmigración acusan a los hispanos de tener hijos en EE.UU. para acceder a beneficios sociales.

La ciudadanía mexicana tiene sus propios beneficios, como cuidado médico, educación y el derecho al voto. Además, los ciudadanos mexicanos no enfrentan las restricciones a la propiedad de inmuebles o negocios que enfrentan los extranjeros.

"Están registrando a sus hijos porque están volviendo a México o haciendo planes para volver", dice el vicecónsul mexicano Federico Bass, en San Bernardino, California.

Una mañana reciente, en una zona comercial de Los Ángeles, 40 jornaleros hispanos esperaban que alguien les ofreciera un trabajo. Al mediodía, sólo uno había sido contratado.

"En los viejos tiempos no habría encontrado un alma aquí a esta hora", afirma Braulio González, un jornalero veterano. "Hay más gente y menos trabajo".

En muchas esquinas, los jornaleros que antes no aceptaban empleos de menos de US$15 la hora, ahora se pelean por los trabajos. Gonzáles cuenta que hace poco perdió un empleo en construcción porque otro inmigrante aceptó trabajar por la mitad del dinero.

Rivera y su esposo, Felipe Pérez, dicen que muchos de sus amigos se están asegurando de que sus hijos estadounidenses obtengan la ciudadanía mexicana. "Algunos ya se fueron. Otros, como nosotros, quieren asegurarse de que estén listos si decidimos volver", dice Pérez.

Pérez, quien trabaja como mesero en una compañía en Los Ángeles que provee comida en eventos corporativos y universitarios, dice que antes trabajaba seis días a la semana, pero desde noviembre sólo trabaja dos o tres veces a la semana. "Nuestros ahorros se están esfumando rápido", señala Pérez.