16 jun 2010

Las economías en desarrollo se encaminan a representar la mayor parte de la producción mundial

Por Paul Hannon

LONDRES (EFE Dow Jones)--Este año podría ser uno de los últimos en que las economías industrializadas representen la mayor parte de la producción económica mundial, según un informe publicado el miércoles por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

La organización con sede en París indicó que en 2010, los 31 miembros representarán el 51% de la producción económica mundial. Pero debido al rápido crecimiento de China, India y de otras economías en desarrollo, el porcentaje se redujo respecto al 60% que representaban en 2000. La OCDE ahora prevé que esta proporción seguirá reduciéndose, hasta que representen el 43% en 2030.

"El centro de gravedad del mundo se está desplazando hacia el este y el sur", dijo la OCDE. "Este reajuste de la economía mundial no es un fenómeno pasajero sino que representa un cambio estructural con una trascendencia histórica".

La OCDE explicó que con la entrada de China, India, las ex repúblicas soviéticas y otros países en el mercado económico mundial desde comienzos de la década de 1990, el número de naciones convergentes con los niveles de riqueza de las economías industrializadas ha aumentado de 12 a 65.

La OCDE define una economía convergente como aquélla en la que el crecimiento de la producción por individuo es el doble del de una economía industrializada.

Otra consecuencia de este cambio en el orden económico mundial es el fuerte descenso del número de países pobres, que han pasado de 55 a 25.

La OCDE explica dos factores que han contribuido a cambiar el orden económico.

La rápida expansión de China, India y otras grandes economías en desarrollo impulsó la demanda de materias primas, en productores en África, América Latina y Oriente Próximo.

Y muchas economías convergentes se volvieron acreedoras netas en lugar de deudoras netas, manteniendo bajos los tipos de interés en Estados Unidos y el resto del mundo.

Muchos economistas consideran que estos últimos acontecimientos han contribuido a aumentar los desequilibrios por cuenta corriente que prepararon el terreno para la crisis financiera y la recesión. Los países industrializados han instado a China a que permita revaluar el yuan para corregir estos desequilibrios, pero la OCDE no es partidaria de una rápida apreciación de la moneda china.

"Una rápida y prematura apreciación del yuan podría dañar el crecimiento en China y, por extensión, afectar también a algunos de los socios económicos de China, incluidos muchos países pobres", dijo la OCDE.

La OCDE afirma que las relaciones comerciales y de inversión entre las economías en desarrollo están creciendo rápidamente. El organismo calcula que mientras los flujos comerciales mundiales se cuadruplicaron entre 1990 y 2008, los flujos entre las economías en desarrollo se multiplicaron por diez.

"Esta actividad comercial podría ser uno de los principales motores de crecimiento en la próxima década", dijo la OCDE.

El análisis de la OCDE es compartido por el Fondo Monetario Internacional.