6 jul 2010

Tras 40 años y dos cambios de moneda, terratenientes peruanos siguen esperando que el gobierno pague sus deudas

Por Robert Kozak

Lima, Perú—Hace unos 40 años, una junta militar de izquierda echó a Luis Huguet Nicolini, entonces de 36 años, de su granja cerca de Barranca, al norte de Lima.

A sus 165 hectáreas de caña de azúcar les faltaban todavía 10 meses antes de la cosecha, pero la dictadura liderada por el general Juan Velasco, que había comenzado a expropiar y dividir las tierras, no le dio a Huguet la oportunidad de quedarse.

En vez de ello, Huguet y miles de agricultores peruanos recibieron los llamados "Bonos de la Reforma Agraria", papeles con vencimiento a 20, 25 y 30 años, denominados en una divisa ya desaparecida, los soles de oro.

La suerte de esos bonos soberanos sigue atormentando al país, ya que muchos peruanos y al menos un fondo de inversión estadounidense quieren que el gobierno honre esta deuda.

Un comité liderado por el gobierno estimó en 2006 que la deuda en circulación es de US$1.230 millones. Sin embargo, un abogado de una asociación de tenedores de bonos calcula que la cifra asciende a US$4.600 millones, si se agregan los intereses acumulados.

En una pequeña oficina en un elegante distrito limeño, Huguet vacía un gran sobre de bonos de clase "B" a 25 años que el gobierno le dio en 1974, valorados cada uno en 50.000 soles de oro y con un interés anual del 5,0%. A un bono le faltan 10 cupones, usados para su canje, de los 25 originales.

Sin embargo, una serie de factores hace complicado que el gobierno honre el pago de los bonos.

No existe un registro oficial de los tenedores de los papeles, y de hecho algunos antiguos terratenientes ni siquiera recogieron nunca sus bonos, con la esperanza de recuperar sus tierras. Algunos bonos se canjearon, y el estatal Banco de la Nación está en posesión de otros.

En 1984, la entidad estatal Banco Agrario, encargada del pago de la deuda, cerró sus puertas. Al año siguiente, el sol de oro dejó de existir, reemplazado primero por el inti, devastado por la hiperinflación, y posteriormente por el nuevo sol, la actual divisa.

A lo largo de estos años, varios gobiernos han hecho tibios intentos de resolver el tema de los bonos.

En 2001, el Tribunal Constitucional del país falló que la deuda debería ser reconocida en términos reales, una posición respaldada posteriormente por la Corte Suprema peruana.

En 2006, el Congreso aprobó un proyecto para pagar los bonos, pero la iniciativa fue vetada. A finales del año pasado, una comisión del Congreso comenzó a revisar otra propuesta de los legisladores para canjear los bonos agrícolas por bonos soberanos recién emitidos.

En su lugar, algunos tenedores de bonos han presentado demandas por su cuenta y una asociación de tenedores de bonos afirma que, en diecisiete casos, los tribunales han ordenado al Ministerio de Economía y Finanzas pagar la deuda a determinados ex terratenientes.

Sin embargo, el ministerio afirma que la mayoría de los bonos son un tema ya resuelto. La ministra de Economía y Finanzas, Mercedes Aráoz, afirmó en una entrevista en mayo que su ministerio consideraba que los bonos habían sido pagados, usando recursos en aquel momento del Banco Agrario.

Aráoz añadió que si bien el ministerio respetaría cualquier decisión de los tribunales, "en realidad no es un tema en el que estemos trabajando".

Algunos tenedores de bonos han tirado la toalla y han vendido los derechos de cualquier compensación al fondo de inversión de mercados emergentes Gramercy, con sede en Greenwich, Connecticut.

"Estas son reclamaciones válidas contra el gobierno de Perú. En un proceso en cámara lenta. Pero no está muerto", dijo José Cerritelli, director de estrategia soberana global de Gramercy.

En los últimos años, Gramercy ha contactado a los tenedores de bonos y firmado contratos privados para quedarse con los derechos de cualquier canje o pago de los bonos, ofreciendo un gran descuento a quienes ya están cansados de mantener los papeles. La compañía espera que la presión política dentro de Perú acabe siendo lo suficientemente intensa para que el gobierno honre los bonos.

Cerritelli recuerda que otros gobiernos han honrado el pago de bonos problemáticos tras la confiscación de tierras, como Nicaragua, que flotó nuevos bonos en la década de 1990 en un canje del papel que emitió en compensación por las tierras expropiadas por el gobierno sandinista.

Gramercy también fue un importante tenedor de bonos en default de Argentina, y ayudó a estructurar una reciente recompra de deuda en el país sudamericano.

En Perú, los bonistas dicen que el país, que tiene una calificación de grado de inversión, ha pagado su deuda externa, y debería hacer lo mismo con la interna.

Mientras tanto, Huguet arrendó parte de sus antiguos terrenos por un tiempo para cultivar alcachofas antes de que su delicada salud le impidiera continuar las tareas agrícolas. Ahora, planea continuar la lucha para que se le pague su deuda, a pesar del paso del tiempo.

"Vamos a seguir luchando", dijo. "No hay otra salida".

Fuente: WSJ