13 oct 2010

Repunta la economía agrícola de EE.UU.

Por Scott Kilman

La prolongada marcha alcista en los precios de los principales cultivos ha puesto de relieve el boom del cinturón agrícola de Estados Unidos en momentos en que el resto de la economía sigue sumida en problemas.

Los precios del algodón al contado, por ejemplo, se ubican 86% por encima de su valor de hace un año. La cotización de numerosos cultivos sigue trepando a pesar de que se acumulan grandes cosechas, una combinación muy poco frecuente.

El valor de los terrenos agrícolas ha subido mientras que el resto del mercado inmobiliario estadounidense languidece. La deuda de las granjas, a su vez, es manejable y los ingresos están creciendo.

El comercio exterior ha beneficiado a los agricultores estadounidenses. El vigor económico de Asia ha transformado la dependencia del sector agrícola de las exportaciones, considerada en el pasado como una vulnerabilidad, en una fortaleza.

"La economía agrícola está saliendo de la recesión mucho más rápido que el resto de la economía" de Estados Unidos, señala Don Carson, analista senior en la firma neoyorquina Susquehanna Financial Group.

El Departamento de Agricultura proyecta que el ingreso neto del sector agrícola crecerá 24% este año para ascender a los US$ 77.100 millones, el cuarto más alto de la historia.

En septiembre, los agricultores estaban recibiendo 62% más por sus cerdos que un año atrás y 32% más por su leche.

Los precios más altos probablemente no castigarán a los consumidores tanto como en 2008, cuando el alza de los productos agrícolas generó disturbios y obligó a los bancos centrales de varios países a subir las tasas de interés para contener las presiones inflacionarias.

Ahora que en EE.UU. el desempleo es alto y los compradores se han vuelto más frugales, las empresas de alimentos son renuentes a traspasar los mayores costos al público.

La mejor situación de los agricultores está beneficiando a otras industrias. El auge incluso ha apuntalado al castigado sector algodonero, donde algunos productores que hace tiempo estaban en aprietos pueden comprar maquinaria nueva.

[materias primas]

Algunos de los incrementos de precios se dan con respecto a niveles deprimidos por la crisis financiera. La recesión, por ejemplo, había reducido la demanda por los cortes de carne caros y, por lo tanto, también había disminuido el precio del ganado vacuno y de los cerdos. Los productores respondieron recortando sus cabezas de ganado. La resultante caída en la oferta ayudó a generar los precios más altos de hoy.

En otras palabras, el boom refleja, en parte, las tendencias cíclicas de la agricultura.

Dichas fuerzas podrían perjudicar de nuevo al sector. Por ejemplo, el alza en los precios de los granos podría afectar al sector ganadero al incrementar el costo de la alimentación de los animales. Y no hay que olvidar los imponderables, como el clima, la aparición de alguna nueva enfermedad que afecte al ganado, un alza del dólar o alguna disputa comercial que podría acabar con la bonanza del cinturón agrícola.

No obstante, algunas de las fuerzas que están levantando a la economía agrícola todavía son poderosas, tales como el apetito asiático por los commodities.

Las economías asiáticas están creciendo aproximadamente tres veces más rápido que la de EE.UU. y su demanda está favoreciendo a todos los agricultores estadounidenses.

El Departamento de Agricultura calcula que las exportaciones agrícolas treparon 11% durante el año fiscal que terminó el 30 de septiembre para llegar a US$ 107.500 millones y pronostica un alza adicional del 5% en el próximo ejercicio.

Los analistas estiman que la cuarta parte de la cosecha estadounidense de soya podría terminar este año en China. El gobierno de Estados Unidos espera que las exportaciones de trigo crezcan 35% y se ubiquen en US$8.100 millones, en parte por la sequía de mediados de año en Rusia.

Otro factor de largo plazo que favorece la demanda son los biocombustibles, que consumen aproximadamente un tercio de la cosecha estadounidense de maíz, lo que contribuye a elevar los precios, y que cuenta con el respaldo del gobierno.

Fuente: WSJ