6 abr 2009

Divisas: ¿Necesitamos sustituir al dólar por una moneda de reserva global?

La respuesta la encontramos en el país que ha formulado esta cuestión, en la situación actual tanto del escenario macroeconómico como la posición en el mercado de divisas de China.

En primer lugar examinemos la política de tipos de cambio en China. Desde 1994 este país optó por un sistema unificado para el tipo de cambio, basado en el control estatal y la nula flotación de la moneda. Desde entonces la paridad entre el renminbi (RMB) y el dólar estadounidense apenas ha sufrido cambios ya que el dólar se ha mantenido en torno a 8,28 RMB con un margen máximo de variación cercano al 1%. Esta política ha sido fuertemente criticada ya que desde las diferentes teorías económicas para la valoración de tipos de cambio, esta moneda se encuentra fuertemente infravalorada.

Una de las consecuencias de un mantenimiento artificial del cambio de la divisa es la fuerte y constante acumulación de reservas mientras la moneda se encuentre infravalorada. Esta acumulación ha provocado que, según datos de la Agencia Central de Inteligencia americana, este país asiático se haya colocado como el primer ¿atesorador¿ de reservas en divisas extranjeras del mundo, llegando a alcanzar a finales del año pasado la escalofriante cifra de 2,033 billones de dólares.

Encontramos pues, el principal financiero de la deuda americana, y una de las preguntas en el aire es ¿hasta cuándo durará este fuente de financiación que permite endeudamientos astronómicos de la economía americana?, si bien lo que nos interesa es poner de relieve la motivación de la reivindicación en estos momentos de una moneda desligada de cualquier país y siguiendo el hilo de la argumentación, es lógico pensar que los cuantiosos planes de rescate estadounidenses para tratar de esquivar un escenario de depresión económica, al igual que las medidas excepcionales como la impresión de importantes cantidades de dólares como medio de financiación de las mismas, provocan un importante aumento de la preocupación sobre la pérdida de valor del billete verde en el futuro, al tiempo que se cuestiona la viabilidad de esta moneda como refugio, sin olvidar un factor fundamental como es el importante déficit de la balanza de pagos en EEUU.

Por otro lado, la característica del dólar como principal moneda refugio y de reserva en el mundo entero es considerada inherentemente injusta, ya que permite que EEUU acumule inmensos déficits pudiendo financiarse más fácilmente y con menor coste aún en circunstancias económicas adversas como las actuales.

Todo esto nos lleva a la creciente inquietud de las autoridades Chinas, que se encuentran con una moneda tremendamente volátil, por la actual situación económica y cuyas expectativas cada vez apuntan más hacia una caída de su capacidad adquisitiva pero...


¿Cuál sería la alternativa?

Se especula sobre la posibilidad de utilizar los Derechos Especiales de Giro (DEG), este es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para apoyar el sistema de paridades fijas de Bretton Woods. Los países que participaban en este sistema necesitaban reservas oficiales ¿tenencias del gobierno o el banco central en oro y monedas extranjeras de amplia aceptación¿ que pudiesen ser utilizadas para adquirir la moneda nacional en los mercados cambiarios mundiales, de ser necesario, a fin de mantener su paridad cambiaria.

Los DEG son asignados a los países miembros en proporción a sus cuotas en el FMI. El DEG también sirve como unidad de cuenta del FMI y otros organismos internacionales y su valor está basado en una cesta formada por USD (44%), EUR (34%), JPY (11%) y GBP (11%), y se publica diariamente por el FMI, se calcula sumando determinados montos de las cuatro monedas valorados en dólares de EE.UU., sobre la base de los tipos de cambio cotizados a mediodía en el mercado de Londres.

¿Podríamos esperar por lo tanto, un importante cambio?

La fuerte inestabilidad y los temores de las autoridades monetarias chinas hacen que sea una reacción lógica pero que, en cierto modo, viene provocada por una política cambiaría que como hemos apuntado, es fuertemente criticada por las principales economías, la nueva administración estadounidense ya se ha preocupado de poner de manifiesto su repulsa hacia un mantenimiento artificial de los tipos de cambio. Por otro lado, no es la primera vez que se efectuá una propuesta semejante y probablemente no vaya a ser la última ya que, sin duda tendría un efecto estabilizador importante, pero también lo tuvo el patrón oro y finalmente se abandonó.

La denominación en dólares de los principales bienes comerciales, el hecho de que la mayoría de las transacciones mundiales se desarrollen en esta moneda, la estabilidad política en EEUU y la solidez inherente de ser la moneda de la economía más potente y dinámica del mundo, que probablemente hagan que sea la primera en recuperarse de la crisis, hacen que sea muy poco probable un cambio en el orden monetario internacional en el corto plazo.

Francisco López Ollé