6 may 2009

España, una estampa de tranquilidad pese al hundimiento de su economía y las olas de despidos

Por Thomas Catan

MADRID—La tasa de desempleo de España se empina por sobre el 17% y los economistas pronostican que puede llegar al 20% el próximo año. Las escenas propias de una Gran Depresión, sin embargo, brillan por su ausencia.

Los españoles no están durmiendo en masa debajo de los puentes y en las afueras de las ciudades no se divisan asentamientos espontáneos de tiendas de campaña. Todavía no se ha convocado ninguna gran huelga general.

En Europa es muy común que la gente salga a la calle a protestar y defender sus intereses económicos. Pero, a pesar de que el continente atraviesa su peor crisis económica desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, las cosas parecen estar bastante tranquilas.

Incluso las manifestaciones del 1 de mayo, el Día del Trabajador, registraron menos sobresaltos que los esperados.

Las razones específicas que explican esta actitud más bien apagada varían de país en país. Sin embargo, hay un elemento en común: los factores que hacen que algunas economías europeas sean perezosas e inflexibles durante los tiempos de bonanza, ayudan a amortiguar el impacto de una crisis.

España es un ejemplo. Durante los tiempos de auge, su economía es contenida por una baja productividad, una extensa economía informal y una escasa movilidad laboral. Diversos estudios muestran que los españoles son inusualmente reacios a cambiar de ciudad o provincia, un factor que actúa como carga para su economía.

[Espana]

Hoy en día, sin embargo, vivir cerca de la familia es la salvación de muchos. Los miembros de las familias españolas, al igual que en varios países de América Latina, se ayudan a pagar el crédito hipotecario, de modo que haya menos embargos. Incluso cuando pierden sus hogares, es muy raro que un español acabe en la calle. En la mayoría de los casos, se mudan a casa de un pariente.

"La familia hace las funciones de red de Estado de bienestar social que permite que un país pueda tolerar una tasa más alta de desempleo", explica Rafael Doménech, economista jefe para España y Europa del banco BBVA.

Luego está la cuestión de quién lideraría ese malestar. De momento, las oleadas de despidos masivos parecen haberse limitado al grupo de trabajadores temporales (mujeres, inmigrantes y jóvenes) que carecen de representación. Las clases de trabajadores que suelen estar sindicalizados (hombres de mediana edad con contratos a tiempo completo) han salido ilesas. De hecho, el informe más reciente apunta a que el número de estos trabajadores fijos ha subido en el primer trimestre del año, incluso cuando 800.000 trabajadores temporales e independientes han perdido sus empleos.

La economía sumergida

Otra cuestión que España comparte con otros países del sur de Europa y América Latina es el peso de su economía informal. Durante la época de bonanza, los economistas han alentado a países como España e Italia a que intensifiquen su control sobre el mercado negro.

En los tiempos de vacas flacas, ese mercado les proporciona a muchos españoles fuentes de ingresos secretas y no declaradas que los ayudan a sobrevivir. Según cálculos de los analistas, podría representar hasta una quinta parte de la economía española.

La mayoría de los países de Europa continental está más acostumbrada a vivir con tasas de desempleo más altas. Incluso durante el momento álgido del boom español alimentado por el exceso de crédito, donde la economía sobrecalentada marchaba a toda máquina, la tasa de desempleo sólo cayó a 8%.

Dada la inflexibilidad de su mercado laboral, la tasa "natural" de desempleo es mucho más alta que la de otros países. Economistas del banco BBVA sitúan el Nairu (acrónimo del inglés que representa la tasa sostenible de desempleo que puede alcanzarse sin acelerar la inflación) en hasta 14%.

La última vez que España había visto tasas de desempleo del 17% fue hace diez años, después de la recesión de principios de los 90.

En esa década, remontó su crecimiento mediante la devaluación de su moneda. Ahora que utiliza el euro, ya no dispone de esa opción. La única manera de implementar el necesitado ajuste a su economía es a través de los despidos.

Fuente: WSJ