11 ago 2009

La prima de riesgo de España cae a niveles previos a la quiebra de Lehman

por D. Badía / J. M. Lamet

La menor aversión al riesgo del inversor tumba el diferencial de rentabilidad entre el bono español y el alemán hasta su nivel más bajo desde septiembre de 2008.

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Los inversores miran a España con otros ojos o, por lo menos, no le tienen tanto miedo. Esta mayor confianza se demuestra por la evolución que presenta el riesgo país o la diferencia entre la rentabilidad del bono español a diez años y el alemán con el mismo vencimiento.

Ayer, el primero alcanzó el 3,925% y el germano el 3,48%, por lo que la prima de riesgo se reduce a 44,5 puntos básicos (100 puntos básicos equivale a un punto porcentual), mínimos desde el 12 de septiembre de 2008, tres días antes de la quiebra de Lehman Brothers.

En palabras llanas esto significa que al Tesoro español le cuesta financiarse a ese plazo 44,5 puntos básicos más que al alemán. Sin duda se trata de una notable mejoría después de los máximos que alcanzó esta prima el 17 de febrero, en 128,04 puntos, poco después de que la agencia de ráting Standard & Poor’s le sacara de la lista de países que cuentan con el máximo ráting, AAA.

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Además, llega en un momento en el que el Gobierno se está endeudando a niveles récord para financiar un déficit público desbocado, por todos los planes de estímulo puestos en marcha. Ya en los cinco primeros meses del año, el Tesoro había colocado más bonos y obligaciones que cualquier ejercicio de la historia, por un volumen de 61.903 millones de euros. Hoy, sin ir más lejos, prevé colocar hasta 5.500 millones en una subasta de letras a tres y seis meses, activos de renta fija a corto plazo. Y esta rebaja de la prima de riesgo le permitirá lanzar futuras emisiones a unos costes más bajos.

A diferencia de S&P, Fitch Ratings y Moody’s han lanzado informes más positivos con respecto a la economía española en las últimas dos semanas, lo que les ha llevado a mantener al país con la máxima calificación crediticia. No obstante, ambas han dejado varios deberes pendientes al Ejecutivo. Moody’s indicó que «el Gobierno necesita una estrategia de salida creíble de su política fiscal» si se quieren mantener los parámetros de deuda exigibles para la máxima calificación crediticia. Y Fitch cuestionó los objetivos presupuestarios del Gobierno, al indicar que la previsión de conseguir situar el déficit público en el 3% del PIB en 2012 «no es realista».

Y los analistas españoles son igual o más negativos sobre las predicciones del Ejecutivo para el déficit de 2009 (9,5%), 2010 (8,4%) y 2011 (5,2%). El Instituto de Estudios Económicos cree que este año el agujero presupuestario llegará al 10%. Además, el consenso de los analistas, elaborado por la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), prevé que en 2010 el déficit se sitúe en el 9,2%. La propia Funcas augura una tasa del 11,5%, más de dos puntos por encima de las previsiones del Ministerio de Economía.

El Tesoro ha emitido en los cinco primeros meses el mayor volumen de bonos de la historia

Los nubarrones que se ciernen sobre la economía española contrastan con la vuelta a un cierto optimismo de los inversores, pero los economistas consultados consideran que este progreso de la confianza internacional en España se debe más a la menor aversión al riesgo que muestra el inversor en genral que a la evolución de esos datos macroeconómicos. «El inversor vuelve a primar la rentabilidad frente al riesgo, lo que beneficia a la deuda periférica frente al benchmark (el bono alemán es el activo refugio por excelencia)», apunta José Luis Martínez, estratega en España de Citi.

Con esta idea coincide Virginia Romero, analista macro de Ahorro Corporación, puesto que, aunque considera que «los niveles anteriores en los que se encontraban los diferenciales no tenían un fundamento macro», cree que «la mejora actual se debe más a la normalización del riesgo financiero, algo que se ha visto en otros indicadores, como los tipos del mercado interbancario o la fuerte caída del índice de volatilidad». El índice VIX, por ejemplo, que mide la volatilidad de las bolsas, se ha desplomado desde 52 a 25 puntos desde marzo.

La caída de los diferenciales con respecto a Alemania no sólo se ha vivido en España, sino también en el resto de los países que se consideran periféricos, como Grecia, Irlanda, Italia o Portugal, entre otros (ver gráfico).

Los nubarrones que se ciernen sobre la economía contrastan con la confianza que muestra el inversor

En el caso español, también se observa una fuerte caída desde máximos de los seguros que contratan los inversores para protegerse ante un posible impago de la deuda, los Credit Default Swaps (CDS). De los 170 puntos básicos que tocó el CDS español el 17 de febrero se ha pasado a los 59,88 puntos básicos registrados el viernes, volviendo a niveles de octubre. De hecho, durante la pasada semana el CDS se acercó más que nunca a las cifras previas a la caída de Lehman.

Fuente: Expansión