25 ago 2009

¿Y ahora qué pasa con Larry Summers?

Por Deborah Solomon y Jonathan Weisman

WASHINGTON—La nominación de Ben Bernanke para un segundo mandato como presidente de la Reserva Federal responde una pregunta, pero abre otra: ¿Y ahora qué sucederá con Lawrence Summers?

Summers, el presidente del Consejo Económico de la Casa Blanca era visto como uno de los principales contendores por el puesto máximo en la Fed. Cuando fue nombrado en su cargo actual, muchos analistas asumieron que era una ubicación temporal para el renombrado economista y ex secretario del Tesoro.

Tras siete meses del gobierno de Obama, Summers no parece estar a punto de ir a ninguna parte.

"Creo que era un candidato obvio para la presidencia de la Fed si las cosas no salían bien para Bernanke, pero no fue así", dice Kenneth Rogoff, economista de la Universidad de Harvard y amigo personal de Summers. "Y no sólo le salieron bien a Bernanke. Las cosas funcionaron bien para la economía".

A principios de mes, en el programa de TV Meet the Press de la cadena NBC, el presentador David Gregory le preguntó a Summers si quería ser presidente de la Fed. Summers objetó.

"¿Confía en el presidente (de la Fed) Bernanke?", insistió Gregory.

"David, estoy completamente concentrado en mi trabajo, en el trabajo que estoy haciendo", respondió Summers.

De cualquier forma, ser presidente de la Fed sería potencialmente un rol incómodo para alguien como Summers. Aunque sus conocimientos económicos no son cuestionados, Summers tiene una reputación de ser áspero, una de las razones por las que renunció a la presidencia de la Universidad de Harvard después de años de batallas con su propio cuerpo docente.

El papel de presidente de la Fed requiere a alguien que pueda forjar un consenso entre los siete miembros de la junta del banco central y los 12 presidentes regionales que conforman el sistema.

Los funcionarios del gobierno dicen que la decisión de nominar de nuevo a Bernanke se generó a partir de un fuerte deseo de continuidad. Obama también depende de Summers como su principal asesor económico y no quería perderlo.

"Nadie es indispensable. Pero en este momento, Larry está muy cerca de serlo", dice David Axelrod, el principal asesor político de Obama. "Larry reconoce los problemas y oportunidades sin parangón que le ha tocado tratar de resolver. Para un economista espléndido y un servidor público dedicado, sería difícil alejarse de ello".

Los amigos de Summers creen que él ha aceptado que Bernanke sea nominado de nuevo. Lo que lo habría molestado realmente, dicen, habría sido que Obama hubiera reemplazado a Bernanke con otra persona.

Además, Rogoff dice que seguir liderando el Consejo Económico no es un premio de consolación.

"Es un momento histórico y él es enormemente influyente", dijo Rogoff.

Fuente: WSJ