19 ago 2010

La UE se apresta para un intenso debate presupuestario

Por Charles Forelle

BRUSELAS—En los últimos años, el presupuesto de la Unión Europea ha crecido de manera constante. Para 2011, la Comisión Europea —el brazo ejecutivo del bloque— aspira a otro incremento modesto. Sin embargo, es probable que sufra una desilusión.

Los 27 países que integran la UE, sometidos a duras dietas fiscales impuestas por la Comisión, insisten en que Bruselas pruebe su propia medicina. La semana pasada, exigieron recortes de unos 800 millones de euros (US$1.026 millones) al presupuesto propuesto de 142.600 millones de euros (US$181.800 millones) reservando algunas de las mayores reducciones para los costos operativos de la comisión y de otras instituciones de la UE.

[EU]

En muchas capitales europeas existe un resentimiento sobre el aumento de los salarios y beneficios de los funcionarios europeos y la continua expansión del alcance de la UE, incluso cuando Bruselas —en su papel de organismo encargado de hacer acatar las políticas económicas— reprende a los países por sus propios déficits.

El primer ministro británico, David Cameron, dijo la semana pasada en una conferencia de prensa con su contraparte danés, Lars Lokke Rasmussen —otra voz crítica de los gastos de la UE— que "ambos debatimos para asegurarnos de que el presupuesto europeo se reduzca en lugar de incrementarse".

Sus palabras directas hacen presagiar un septiembre difícil, una vez el aparato político europeo vuelva de unas lánguidas vacaciones y entre de lleno en la temporada presupuestaria.

La Comisión ya ha demandado al Consejo Europeo —el organismo que representa a los 27 gobiernos—por recortar a la mitad un aumento salarial de 3,7% a los funcionarios que debía haber entrado en vigor el año pasado.

También es probable que haya disputas sobre el costo del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) —el nuevo servicio diplomático de la UE—que no cuenta aún con presupuesto, aunque espera empezar a funcionar el próximo año. Funcionarios dicen que el SEAE estará formado por personal de diversos organismos de la UE y de estados miembros, si bien la comisión reconoce que "podría no ser completamente neutral en términos presupuestales".

Por su parte, la Comisión afirma que la UE ha crecido en alcance, y por ende necesita más financiamiento para hacer frente a sus demandas. Muchos de los gastos provienen de programas multianuales. Un portavoz subraya que la Comisión tiene una política de "crecimiento cero" para su propio personal.

El presupuesto de la UE es una bestia difícil de domar. Alrededor de una cuarta parte de sus gastos se financia con aranceles aduaneros e impuestos sobre las ventas recaudados por los países miembros. El resto proviene directamente de los gobiernos nacionales, en proporción más o menos al tamaño de sus economías. Para complicar aún más las cosas, Gran Bretaña recibe un "reembolso" especial de unos 4.000 millones de euros (US$5.130 millones) este año.

Durante años, la comisión ha presentado ideas que aportarían más dinero directamente a Bruselas, pero la mayoría es descartada. En una entrevista a un periódico la semana pasada, el Comisionado de Presupuesto, Janusz Lewandowski, sugirió como en anteriores ocasiones que se podrían usar los impuestos sobre la industria aérea o las transacciones financieras para sostener a la UE, y reducir las contribuciones de los países. Su propuesta fue recibida con desdén desde Londres hasta Berlín.

Casi la mitad del efectivo recaudado por Bruselas se emplea inmediatamente en subsidios agrícolas y otros pagos a agricultores y terratenientes. El resto va a programas de subsidio a los países más pobres de la UE.

Un punto clave del presupuesto es un concepto relativamente pequeño: los aproximadamente 8.000 millones de euros (US$10.260 millones) en costos de administración de las instituciones y agencias de la UE. La comisión solicitó 8.300 millones (US$10.654 millones) para 2011, un alza de 4,4%. El Consejo Europeo redujo la cantidad a 8.100 millones de euros (US$10.397 millones) equivalente a un aumento de 2,5%.

Bajo un procedimiento que se usará por primera vez este año, el Parlamento Europeo hará en el último trimestre sus propios ajustes al presupuesto presentado por la Comisión. Se anticipa que el Parlamento pida un mayor gasto que el Consejo. Será una disputa dura. Algunos países no están contentos ni con las reducciones del Consejo.