22 sept 2010

Los esfuerzos del BCE no disipan las dudas del mercado sobre Grecia, Irlanda y Portugal

Por Brian Blackstone

FRÁNCFORT— El Banco Central Europeo (BCE) aumentó la semana pasada las compras de bonos soberanos en medio de los crecientes temores en los mercados financieros sobre la capacidad de Grecia, Irlanda y Portugal para pagar sus deudas.

El BCE inició en mayo el programa de compra de bonos emitidos por los países más atribulados de la zona euro, durante el apogeo de la crisis de la deuda europea. El plan fue parte de una ofensiva del banco central para apuntalar la confianza de los inversionistas en la capacidad de los países para pagar sus obligaciones y del propio BCE para intervenir y mantener la liquidez del mercado.

A los críticos, sin embargo, les preocupaba que el programa, el primero de esta naturaleza emprendido por el BCE, generara dudas acerca de la independencia de la entidad de las presiones políticas.

Aunque en las últimas semanas fueron mayores que durante los últimos meses, las compras de bonos por parte del BCE son una fracción de lo que eran cuando el programa comenzó.

A pesar de haber gastado más de 61.000 millones de euros (US$79.580 millones) desde mayo, las compras del BCE no han reducido los costos de financiamiento de los países en la periferia europea. Los diferenciales de rendimiento entre la deuda gubernamental de Grecia, Irlanda y Portugal y los bonos más seguros de Alemania tocan o se aproximen a máximos históricos, lo que dificulta que los países con problemas financien su creciente deuda.

[BCE]

El BCE informó que gastó 323 millones de euros en bonos soberanos la semana pasada, un alza frente a los 237 millones de euros de la semana previa y el valor más alto desde mediados de agosto. El organismo no brindó un desglose por país o vencimiento.

Cuando el programa comenzó, el 10 de mayo, el BCE fue mucho más enérgico y adquirió más de 16.000 millones de euros en bonos tan sólo en la primera semana. Los montos cayeron a medida que los mercados de deuda se estabilizaron en los meses siguientes y la economía de la zona euro mostró señales de recuperación.

Para principios de agosto, el BCE compraba sólo alrededor de 10 millones de euros por semana en bonos, lo que desató especulaciones de que el programa estaba por terminar.

Pero los temores de los inversionistas sobre el alto endeudamiento de los gobiernos de la zona euro han reaparecido. El sur de Europa e Irlanda enfrentan años de crecimiento débil en momentos en que sus economías se reestructuran y agotan los recursos del gobierno. Los bancos comerciales en esos países se han vuelto muy dependientes del financiamiento del BCE.

El último aumento en las compras de deuda "es una ilustración de que la crisis de deuda soberana vuelve a asomarse, pero no es tan severa como en mayo", afirma Carsten Brzeski, economista de ING Bank en Bruselas.

El lunes, la diferencia entre los rendimientos de los bonos a 10 años de Irlanda y Alemania, un indicador clave de la percepción de los inversionistas del riesgo asociado con la deuda irlandesa, superó los cuatro puntos porcentuales, un récord, y más del doble que el diferencial que existía el 10 de mayo, cuando el BCE inició las compras.

Los diferenciales de rendimiento portugueses también alcanzaron un récord el lunes, con más de cuatro puntos porcentuales por encima de sus equivalentes alemanes. La diferencia o spread fue de sólo 1,89 puntos porcentuales el 10 de mayo, una señal, indicaron algunos analistas, de que el BCE no ha podido influir sobre el ánimo del mercado. Los spreads griegos se encuentran cerca de sus máximos históricos, en más de nueve puntos porcentuales por encima de los bonos del gobierno alemán.

Las compras de bonos del BCE "no cumplen una función muy clara en su magnitud actual", sostiene Marco Annunziata, economista jefe del banco UniCredit en Londres.

Irlanda y Portugal enfrentan pruebas de fuego en los mercados esta semana. Irlanda planea subastar el martes entre 1.000 millones de euros y 1.500 millones de euros en bonos y Portugal busca colocar entre 750 millones y 1.000 millones de euros el miércoles.

El alza en los costos de financiación complica la tarea de controlar las brechas fiscales. El director del banco central irlandés, Patrick Honohan, advirtió el lunes que aunque Dublín ha dado "pasos rápidos y dolorosos" para recortar su déficit, la economía y las tasas de interés "han evolucionado de una forma menos favorable".

Analistas prevén que las compras de deuda del BCE continúen en su nivel actual. Volver a aumentarlas hasta el nivel de varios miles de millones de euros por semana probablemente desataría una renovada oposición en Alemania, donde tanto el banco central como el público se oponían a comprar bonos soberanos, afirma Annunziata.

Fuente: WSJ