11 feb 2011

Nueva York deja de ser el sol del mundo financiero

Por Aaron Lucchetti y Mary Pilon

La Bolsa de Nueva York se ha visto golpeada durante años por la creciente competencia y las transacciones electrónicas. Pero su declive como símbolo del poderío financiero estadounidense quedó en evidencia el miércoles con el anuncio de que su compañía matriz, NYSE Euronext, está cerca de llegar a un acuerdo para ser comprada por Deutsche Börse, el operador de la Bolsa de Fráncfort.

NYSE Euronext ya eliminó 40% de los empleados en sus bolsas dispersas por todo el mundo. La mayoría de los operadores dejaron el famoso piso de operaciones en la esquina de las calles Wall Street y Broad Street en Manhattan y han sido sustituidos por computadoras que funcionan a la velocidad de la luz y que reúnen a compradores y vendedores en forma anónima.

Las ganancias de la compañía ya tienen un sesgo europeo y solamente 3% de ellas provienen de la operativa de renta variable en Estados Unidos. Un 37% de las utilidades corresponde a otros negocios en ese país, como el corretaje de opciones de acciones, salidas a bolsa y tecnología.

[nyse]

De prosperar el acuerdo, no se esperan despidos masivos en Nueva York, según fuentes al tanto. Desde la fusión de 2007 que creó NYSE Euronext, la compañía combinada ha eliminado más de 1.000 empleos y ahora cuenta con 1.680 en Estados Unidos y 1.300 en otros países.

El matrimonio entre NYSE Euronext y Deutsche Börse crearía un gigante con muchos más empleados en Europa mientras que Nueva York quedaría reducido a ser la sede del negocio de salidas a bolsas. La empresa tendría su domicilio legal en Holanda.

La nueva compañía incluso podría perder las palabras "Nueva York" de su nombre. Una persona al tanto informó que una etiqueta genérica como Global Exchange Inc. podría ser más digerible para alemanes y estadounidenses. En todo caso, aún no se ha llegado a ningún acuerdo respecto al nombre.

"Es lamentable para Nueva York", dijo William Higgins un corredor de bolsa retirado de 74 años que dice que todavía tiene alrededor de 70.000 acciones de NYSE Euronext. "La bolsa fue prominente durante 200 años. También lo fue la ciudad de Nueva York. Todos perdimos preeminencia", comentó.

"Nueva York seguirá siendo importante, pero no es el centro financiero. Hoy en día, los mercados de capitales están en todas partes", manifestó Michael LaBranche, de LaBranche & Co. Inc., una empresa familiar que operó en el piso de remates de la Bolsa de Nueva York durante 87 años antes de vender una parte del negocio al banco británico Barclays Capital en 2010.

El acuerdo hubiese sido impensable hace una década. Pero la carrera por hacer a las bolsas más baratas, más rápidas y más electrónicas ha derribado barreras nacionales que otrora mantenían a las bolsas como íconos nacionales intocables.

Durante años, la bolsa neoyorquina absorbió a mercados regionales como el American Stock Exchange para transformarse en la más grande de Estados Unidos. Un escenario similar se está presentando ahora a nivel internacional, quitándole poder a Nueva York. "Esta es una historia que tiene que ver con la globalización", dijo Richard Sylla, profesor de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York.

Los corredores en el piso de remates de la bolsa de Nueva York dijeron que el anuncio de las negociaciones entre NYSE Euronext y Deutsche Börse los tomó completamente por sorpresa.

La situación no podía ser más distinta de la de 2005, cuando el entonces presidente ejecutivo de la Bolsa de Nueva York, John Thain, anunció el acuerdo por el cual la bolsa abrió su capital en una reunión de miembros de la institución realizada luego del cierre de las operaciones a las 4 de la tarde. "Nadie sabe lo que va a pasar", dijo Alan Valdes, un corredor de DME Securities que ha estado operando en el piso durante más de 30 años. James Maguire Jr., otro corredor, compara el futuro de la compañía con el de McDonald's Corp. y Cola-Cola Co. Ambas empresas son estadounidenses, pero parte importante de su crecimiento proviene de otros países. "Cuando uno piensa en una gaseosa estadounidense, todavía piensa en Coca-Cola", aseveró.

Mientras la bandera de Estados Unidos flameaba frente a las columnas corintias de la bolsa el miércoles, algunos turistas hablaban del posible acuerdo. "La bolsa va a estar en buenas manos, pero puedo ver que será difícil para los estadounidenses aceptarlo", dijo Michiel Vanhauwere, un turista belga de 22 años que estaba por entrar al edificio.

FUente: WSJ