3 mar 2011

Hasta ahora no ha surgido ningún sustituto viable para el dólar

Por Michael R. Crittenden

¿Puede el dólar ser destronado como la moneda de reserva mundial de referencia?

La crisis financiera —junto con la problemática situación fiscal a largo plazo del gobierno de EE.UU.— han planteado esa posibilidad. Pero para muchos economistas, al menos por ahora, las especulaciones son sólo palabras.

"No hay, insisto, ningún candidato plausible" para reemplazar al dólar, argumentó el profesor Peter Kenen, de la Universidad de Princeton, en un ensayo presentado en enero ante la Asociación Económica Estadounidense.

Esa también es la visión que prevalece en los mercados. "Intentamos pensar en las alternativas, y no existe ninguna que tenga trascendencia", afirma Tony Crescenzi, un estratega de mercado y administrador de portafolio de Pacific Investment Management Co., de Allianz SE. La participación del dólar en las reservas en moneda extranjera era de 61,3% a fines del tercer trimestre del año pasado, según el Fondo Monetario Internacional.

Pero eso no ha contenido un creciente alboroto entre las autoridades de todo el mundo de que la posición dominante del dólar debería ser reevaluada. Se prevé que el presidente francés Nicolas Sarkozy haga del tema una prioridad durante la presidencia de Francia en las reuniones del Grupo de los 20 este año. Incluso funcionarios estadounidenses han admitido que es inevitable reconsiderar el mundo dólar-céntrico.

"Habrá un intento, creo, en el próximo año o el siguiente... de decir: 'Sí, esto es un problema, y deberíamos contemplar una reforma en un sentido más amplio en el sistema monetario internacional", sostuvo el ex presidente de la Reserva Federal de EE.UU. Paul Volcker durante una presentación en Washington en diciembre.

Pero hay poco consenso sobre quién o qué reemplazaría o compartiría el poder con EE.UU. y el dólar. Los partidarios ven una variedad de posibilidades, desde un mundo multipolar con un puñado de monedas dominantes y un billete supranacional emitido por un cuerpo global, a un papel de más peso para China y el yuan.

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El mayor interrogante involucra a China. ¿Soportaría Beijing la responsabilidad económica global que vendría de la mano de una reserva con estatus de favorita? Hasta ahora, China ha resistido la presión internacional para evitar que se aprecie el yuan y su sistema financiero, en términos comparativos, sigue siendo subdesarrollado.

El economista de Harvard Kenneth Rogoff cree que el yuan y el dólar podrían encaminarse a convertirse en las dos mayores monedas del mundo, un estatus que ambas podrían compartir hasta durante dos décadas, pronostica. Pero durante semejante lapso, agrega, EE.UU. probablemente experimentaría un debilitamiento gradual de los amplios beneficios que recibe debido a que otros países vinculan sus monedas al dólar. Entre estos beneficios se destacan la confianza en sus mercados, las bajas tasas de interés y una menor volatilidad en los precios de las importaciones y exportaciones.

Lo más seguro es que cualquier transferencia de estatus de reserva del dólar al yuan llevaría la mayor parte de este siglo, señala. En tanto, agrega, el dólar "se mantendrá como la moneda de referencia durante un tiempo".

Muchos expertos en divisas rechazan la idea de una moneda supranacional o global. Los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI y otras medidas discutidas como potenciales sustitutos para el dólar históricamente no han sido adoptadas con la suficiente amplitud, lo que sugiere una falta de confianza en la idea por parte de los mercados financieros. Establecer una política monetaria internacional de forma rápida y unificada podría resultar una meta muy difícil, señalan los economistas.

Los problemas actuales de la Unión Europea ponen de manifiesto los riesgos que plantearía una moneda supranacional. Los temas de deuda y las peleas de política económica que ahora plagan a Europa probablemente se verían magnificados en momentos de estrés en cualquier unión monetaria. "Es imposible que haya una moneda que no esté identificada con un gobierno", sostiene Rogoff.

Los partidarios del dominio del dólar apuntan a su historia como un refugio seguro para los bancos centrales durante la reciente crisis global. Su supremacía durante un período tan perjudicial demuestra su capacidad de recuperación.

"Si llegara a votarse sobre el sistema del dólar, eso pondría fin a la discusión", señala Michael Dooley, un economista de la Universidad de California en Santa Cruz.

Fuente: WSJ