22 jul 2009

Ante la presión del Congreso de EE.UU., Bernanke defiende la independencia de la Fed

Por Jon Hilsenrath y Sudeep Reddy

Ben Bernanke, capitán de la Reserva Federal de Estados Unidos, evitó que la economía de su país cayera en lo que él llama "La Segunda Depresión". Ahora, intenta defender a la propia Fed.

Mientras hoy Bernanke ofrece, por segundo día consecutivo, su testimonio sobre la economía ante el Congreso de EE.UU., el banco central se defiende de diversos ataques provenientes de críticos que quieren limitar su poder y autonomía.

Uno de ellos es Ron Paul, un congresista republicano de Texas que aboga por la abolición total del banco central. Paul persuadió a casi dos tercios de la Cámara de Representantes para que coauspiciaran un proyecto de ley que exige auditorías del congreso sobre la Fed mucho más profundas. Las auditorías mostrarán "que es la Fed la que ha causado todo este daño" a la economía, dice Paul.

El presidente Barack Obama propone otorgarle a la Fed algunos nuevos poderes para supervisar instituciones financieras, aunque también quiere limitar su autoridad para conceder préstamos de emergencia como los que usaron para rescatar a la aseguradora American International Group Inc. y la firma de valores Bear Stearns. Mientras tanto, la Fed está bajo presión para modificar su estructura en medio de inquietudes de que la influencia que los ejecutivos de la banca tienen sobre sus acciones es demasiado grande.

Muchos críticos de la Fed la culpan por la crisis. Dicen que fracasó como regulador bancario y que alimentó una burbuja al mantener las tasas de interés demasiado bajas por años. También afirman que Bernanke, quien asumió la presidencia de la Fed en 2006, amplió demasiado los poderes del banco al rescatar a firmas como AIG, al presionar a Bank of America para que adquiriera a Merrill Lynch y al inyectar cientos de miles de millones de dólares en el sistema financiero.

Bernanke se defiende: "No me arrepiento de nada", dijo en una entrevista reciente. "Si la Fed y el (Departamento del) Tesoro no hubiesen actuado" como lo hicieron, "entonces el panorama económico mundial habría sido mucho, mucho peor que el actual", dijo. "Habríamos corrido el riesgo de una Gran Depresión al estilo de los años 30. Evitamos eso".

Bernanke se opone rotundamente a la propuesta de auditar la Fed, una idea que califica de "autodestructiva y peligrosa". El riesgo es que si los inversionistas ven que la Fed está bajo nueva supervisión política, dudarán de su habilidad para tomar medidas poco populares para combatir la inflación, uno de las principales responsabilidades de la Fed. Ante un temor de inflación, los inversionistas en bonos empujarían las tasas de interés hacia arriba, lo que a su vez perjudicaría la debilitada economía.

Bernanke cuenta con un amplio respaldo. En una encuesta de WSJ.com, 43 de 46 economistas dijeron que debería continuar al frente del banco central. Aunque Obama no ha confirmado que lo mantendrá en el cargo, sí dijo hace poco que Bernanke ha hecho "un buen trabajo bajo circunstancias muy difíciles".

La Fed "fue demasiado lejos al rescatar a compañías y exponer a los contribuyentes" a los costos, dice el republicano Richard Shelby, miembro del Comité de Banca del Senado. "Le fallaron totalmente a los estadounidenses como regulador bancario".

El banco central tiene tres papeles influyentes en la economía de EE.UU: prevenir la inflación, mantener bajo el desempleo y actuar como "prestatario de última instancia" para evitar pánicos financieros. Si falla, las consecuencias pueden ser graves, incluyendo una repetición de la crisis de los años 70 o una Gran Depresión como la de los años 30.

[Fed]

La mayoría de los economistas concuerda en que luchar contra la inflación exige independencia política porque involucra decisiones poco populares para elevar las tasas de interés y desacelerar el crecimiento económico, lo que puede empeorar el desempleo.

La situación se agrava más para Bernanke, cuyo mandato como presidente de la Fed expira en enero. Obama debe decidir si lo mantiene por otros cuatro años. Un posible reemplazo podría ser Lawrence Summers, el asesor económico principal de la Casa Blanca.

Aunque en algunas cuestiones nunca dio su brazo a torcer, Bernanke ha cedido en otras. Aceptó una mayor supervisión a los préstamos de emergencia de la Fed. También busca apoyo entre los congresistas. En los últimos seis meses, ha sostenido 25 reuniones individuales con legisladores así como nueve encuentros grupales. Y, según fuentes, el tono de las reuniones privadas es más civil que los ataques públicos.

La mayoría de las principales democracias deja que sus bancos centrales actúen sin interferencia política. En este contexto, la Fed disfruta de una autonomía inusual. Los gobernadores de su junta permanecen en ella por 14 años, lo que se considera un mandato largo.

Más de 250 economistas de alto perfil firmaron hace poco un pronunciamiento para advertir que la independencia de la Fed está en riesgo. El predecesor de Bernanke, Alan Greenspan, calificó el proyecto de ley del congresista Paul como un "serio problema" que podría "cambiar el proceso de deliberaciones (de la Fed) y reducir de manera significativa la calidad de lo que el sistema produce".

Los mercados presentan en esencia otra prueba para las acciones de la Fed. Como parte de su rescate, la Fed ha comprado US$300.000 millones de bonos del Tesoro de mediano y largo plazo, una de tantas medidas inusuales que ha tomado para reducir las tasas de interés. Esta decisión ha despertado los temores entre algunos funcionarios del banco central porque podría ser vista como un esfuerzo para ayudar al gobierno a financiar déficit presupuestales en alza.

Bernanke ha estado encima para asegurarles a sus colegas en otros países que eso no es así. De hecho, las posiciones de la Fed en bonos del gobierno estadounidense han bajado en los dos últimos años tras vender una reserva de bonos en el primer semestre de 2008 para respaldar otros préstamos.

"De ninguna manera vamos a monetizar la deuda", dice Bernanke. En otras palabras, la Fed no se convertirá en la fuente de efectivo para pagar las deudas del gobierno. "No abandonaremos la estabilidad de precios".

El rendimiento de las notas del Tesoro a 10 años, en 3,60%, sigue históricamente bajo. Esa es una señal de que el debate sobre la independencia de la Fed no ha desestabilizado los mercados.

Fuente: WSJ