20 abr 2010

John Paulson, el inversionista en el ojo del huracán de Goldman

Por Scott Patterson y Gregory Zuckerman

Una solicitud audaz del gestor de fondos de cobertura John Paulson está en el centro de uno de los casos legales más significativos relacionados a la crisis financiera.

Paulson & Co., el fondo ligado a Paulson, pidió a varios bancos, incluyendo Goldman Sachs Group Inc., que estructuraran valores que incluyeran las hipotecas de peor calidad. El plan era apostar contra dichas inversiones y esperar el estallido de la burbuja inmobiliaria, que fue exactamente lo que pasó. Las ganancias de Paulson y sus inversionistas ascendieron a miles de millones de dólares.

Algunos en Wall Street habrían tenido reparos en estructurar estos valores con Paulson. Un alto ejecutivo de Bear Stearns Cos., por ejemplo, rechazó la propuesta. El banquero dudó si era apropiado vender a inversionistas valores en los que una de las partes que los estructuraba no tenía ninguna fe, indican fuentes familiarizadas con el asunto. Goldman Sachs y Deutsche Bank AG estuvieron entre los que decidieron participar.

De acuerdo con la demanda civil presentada el viernes por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) contra Goldman, el banco de Nueva York no aclaró a los inversionistas el papel de Paulson en la identificación de valores hipotecarios de alto riesgo incluidos en el portafolio.

Goldman sostuvo que las acusaciones son infundadas y que las refutará vigorosamente. Un vocero de Deutsche Bank declinó referirse al tema.

Paulson no fue acusado en la demanda. "Goldman hizo las presentaciones. Paulson no", dijo Robert Khuzami, el encargado de implementación de las normas en la SEC.

Paulson, de 54 años, señaló en una declaración que no había tergiversado información y que no participó en el marketing de los valores en cuestión.

El gestor tiene un vínculo con América Latina. Su padre, Alfred, nació en Ecuador y el mismo John Paulson vivió en el país sudamericano por dos años, a mediados de los 70.

Alrededor de 2005, Paulson y su lugarteniente, Paolo Pellegrini, empezaron a buscar burbujas en la economía, con la esperanza de generar grandes ganancias una vez que se desinflaran, según la firma e inversionistas. Se concentraron en el mercado inmobiliario.

Para mediados de 2006, Paulson & Co. había comprado seguros contra valores hipotecarios de miles de millones de dólares que les reportarían jugosas ganancias si las hipotecas entraban en problemas, según la firma e inversionistas. Paulson, no obstante, quería más, dicen las fuentes.

Goldman Sachs y Deutsche Bank acordaron crear grandes fondos de activos, conocidos como obligaciones de deuda garantizada (CDO, por sus siglas en inglés), contra los que Paulson & Co. apostaría al comprar seguros contra cesaciones de pagos (CDS).

El fondo de cobertura suministró a los bancos una lista de activos que formarían la base de los CDO, y se concentró en los que consideraba más riesgosos, dicen las fuentes.

En ocasiones, se retiraban valores de los CDO si otras partes involucradas en el acuerdo los consideraban demasiado arriesgados y se incorporaban otros, según fuentes cercanas.

Uno de dichos acuerdos, conocido como Abacus 2007-AC1, fue estructurado con Goldman y es el blanco de la demanda de la SEC, que argumenta que el banco de inversión no divulgó a sus clientes la participación de Paulson en la creación de los CDO.

El viernes, la SEC acusó a Goldman de cometer fraude civil al no revelar a los inversionistas que compraron los CDO el papel de Paulson & Co. en la selección del colateral utilizado en Abacus.

Paulson & Co. ganó en 2007 US$15.000 millones en sus apuestas contra el mercado de bienes raíces, de los cuales el propio Paulson obtuvo US$4.000 millones.

Actualmente, el fondo de cobertura tienen US$32.000 millones en activos, lo que lo convierte en uno de los más grandes del mundo.

Antes de 2007, la firma era conocida principalmente por apostar a las acciones de empresas que se fusionaban. Aunque aún trabaja con las fusiones, sus mayores inversiones han sido en oro.

—Michael Corkery contribuyó en este artículo

Fuente: WSJ