22 jun 2010

La crisis griega causa estragos en los balances de los bancos europeos

Por David Enrich

El gigante bancario francés Crédit Agricole SA advirtió que las pérdidas relacionadas a sus operaciones en Grecia podrían ascender a los US$1.000 millones, otra muestra de que la crisis financiera europea amenaza con propagarse a los países con finanzas relativamente sanas.

Al igual que otros bancos franceses, Crédit Agricole incursionó en los últimos años en el sur de Europa, atraído por el acelerado crecimiento de la región a medida que la zona euro se expandía por la periferia del continente. Esas apuestas han salido mal y los problemas del banco fundado hace 116 años se han convertido en un botón de muestra de las dificultades que atraviesan otros grandes bancos por toda Europa.

La situación es particularmente difícil para la banca francesa.

Crédit Agricole tiene una división griega que se encuentra bajo presión y posee participaciones en entidades financieras españolas y portuguesas. Société Générale SA posee un banco griego que es deficitario. Otro gran prestamista francés, BNP Paribas SA, tiene un banco portugués y miles de millones de euros en deuda griega y española, que según muchos expertos se encuentra en riesgo de caer en cesación de pagos.

Crédit Agricole informó el martes que podría tener que provisionar 450 millones de euros (US$554,3 millones) para cubrir préstamos en mora en Grecia y que, probablemente, asumirá un cargo de 400 millones de euros (US$492,7 millones) en el segundo trimestre para reflejar el menguante valor de su subsidiaria Emporiki Bank of Greece SA. Las cifras, que se suman a los aproximadamente 2.600 millones de euros (US$3.200 millones) en pérdidas anteriores de Emporiki, no ponen en riesgo a Crédit Agricole, pero los analistas dijeron que reduciría considerablemente sus ganancias de 2010.

Los anuncios hicieron caer 4,7% las acciones de Crédit Agricole, que han retrocedido 30% desde mediados de abril, cuando se exacerbaron los temores sobre la crisis de deuda en la región. Además, contribuyeron a una venta masiva de acciones bancarias europeas.

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En España, las pérdidas entre los bancos se agravaron después de que la agencia de calificación de crédito Standard & Poor's advirtiera que más empresas inmobiliarias del país podrían quebrar, lo que incrementaría las pérdidas crediticias en el sector. La acción de Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA cayó 1,7% y la de Banco Popular Español retrocedió 1,6%.

En un informe divulgado el lunes, S&P elevó sus previsiones de pérdidas sobre préstamos para el sector bancario a 99.300 millones de euros (US$122.320 millones) entre 2009 y 2011, un alza de 17.700 millones de euros frente a su estimación de septiembre del año pasado.

La expansión internacional de Crédit Agricole "no ha sido más que un desastre", dijo Jaap Meijer, analista de Evolution Securities. La firma de corretaje califica a Crédit Agricole de su "venta principal".

A finales del año pasado, Crédit Agricole y otros bancos franceses tenían una exposición de US$493.000 millones en Grecia, Irlanda, Portugal y España, según datos divulgados este mes por el Banco Internacional de Pagos. La cifra es la mayor de cualquier país, si bien Alemania le sigue de cerca con US$465.000 millones.

Europa "sigue siendo vulnerable al contagio", dijo Jacques Cailloux, economista jefe para Europa de Royal Bank of Scotland. "La mayor exposición radica en Francia".

La situación ilustra por qué la polinización cruzada financiera en Europa, en su momento considerada la mejor esperanza del continente para un crecimiento económico sostenido, se ha convertido en su talón de Aquiles. Una crisis financiera que se originó en Grecia, una economía insignificante en la periferia de Europa, está sembrando temores sobre la salud del sistema bancario y de la economía de toda la región.

En 2006, con el mercado bancario francés saturado y las economías de países como Grecia en auge, Crédit Agricole se embarcó en un plan de expansión internacional, centrándose especialmente en el sur de Europa, y logró adquirir Emporiki, un prestamista estatal deficitaria. En aquel entonces, un alto ejecutivo de Crédit Agricole dijo que el acuerdo reflejaba "la confianza que tenemos en la economía griega y el crecimiento superior del sector bancario griego".

Fuente: WSJ