7 oct 2010

El historiador por accidente de Lehman

Por Matt Phillips

La guerra y la paz de León Tolstói tiene más de 1.200 páginas (dependiendo de la edición). Anton Valukas lo superó por casi 1.000 páginas.

Hay mucha tragedia en el trabajo magistral de Valukas, un informe de 2.200 páginas en nueve tomos sobre la caída de Lehman Brothers Holdings Inc. En su primera entrevista amplia desde que emitió su reporte en marzo, el investigador designado por el tribunal que asumió la disolución de la firma financiera sugirió que la regulación del sector bancario más reciente sigue incompleta sin reglas profundamente específicas.

El experto de 67 años afirmó que le gustaría ver requisitos regulatorios "firmes y rápidos" sobre los niveles de liquidez y los límites de riesgo que pueden asumir las firmas financieras más importantes. Una vez que alcancen dichos topes especificados con claridad, los reguladores deberían intervenir.

Luego de pasar 14 meses examinando Lehman, Valukas, presidente de la junta directiva de la firma de abogados Jenner & Block, sostuvo que encontró una cultura con poco respeto por sus propios límites. Transgredió esas limitaciones una y otra vez, señaló. Lo que empeoró la situación fue el hecho de que los reguladores lo sabían pero no hicieron nada al respecto.

"No tengo evidencia de que alguien en Lehman haya mentido al gobierno", afirmó Valukas. "Lo que debería mostrar esta experiencia de es la necesidad de tener esos límites establecidos", antes de que se produzca una crisis, sostuvo.

Valukas —que ya no habla desde su rol de examinador— también apoya un enfoque renovado que ponga fin al "maquillaje" al final de cada trimestre (cuando las empresas estadounidenses presentan sus reportes financieros). En esa práctica, algunos bancos reducen de forma temporal sus niveles de deuda antes de reportar su balance ante el público. Con la ayuda de un empleado que denunció la irregularidad, Valukas descubrió que Lehman hacía justamente eso, a través de las ahora infames transacciones "Repo 105".

Valukas no es un experto en políticas, ni en economía, ni en finanzas. Es un ex fiscal de EE.UU. apasionado por la naturaleza de Alaska, a donde viaja regularmente.

Valukas, hijo de un juez de un condado, es justo y eficiente, según afirman sus colegas. Su estilo de interrogatorio es un resabio de sus varios años como fiscal.

Su cargo como examinador de la bancarrota de Lehman le permitió profundizar en una institución financiera con problemas y le ofreció una oportunidad única para ver cómo Lehman —y de cierta forma el sistema financiero— fracasaron notoriamente.

"Nada tenía respuesta. ¿Qué pasó aquí realmente? ¿Hubo algún villano?", afirmó Valukas de la investigación. "¿Alguien realmente hizo algo mal o fue un acto de Dios?".

Estas no son la clase de preguntas para las que normalmente se llama a un examinador de bancarrotas. Se supone que estos funcionarios se desempeñan como buscadores de hechos objetivos, neutrales, quienes, entre otras cosas, ayudan a los acreedores al determinar si vale la pena entablar una demanda tras una bancarrota. Pero en los últimos años, los examinadores de bancarrota se han convertido en historiadores accidentales, y han ayudado a explicar algunos de los colapsos empresariales más complejos en la historia de EE.UU. y las condiciones en las que se produjeron.

El Informe de Valukas tendrá un impacto más amplio que el caso de Lehman, indicó Jonathan Lipson, un profesor de derecho de la Universidad de Wisconsin. "Debido a que los casos de Lehman y Enron son tan grandes e inusuales... las historias de esos fracasos merecen ser contadas de una forma bastante neutral y pública".

Esta no fue una tarea fácil. En las oficinas de Nueva York, el equipo de Lehman ocupó la mitad de un piso que antes se usaba como espacio de almacenamiento.

Para cuando terminó la investigación, más de 200 abogados que trabajaron en el caso habían revisado 34 millones de páginas de documentos. Los investigadores también realizaron alrededor de 250 entrevistas, desde Warren Buffett a Ben Bernanke.

Tampoco fue barata; los honorarios ascendieron a alrededor de US$51 millones.

La búsqueda de hechos lo llevó frente a frente con algunos de los problemas que al final hundieron la que parecía una institución impenetrable de Wall Street.

Por ejemplo, el reporte recuenta cómo Lehman contabilizó ciertos "depósitos de seguridad" hechos a bancos de liquidación. La firma siguió contabilizando los depósitos como parte de su propia reserva de seguridad de US$40.000 millones. La Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) estaba al tanto de esta práctica y la consideraba irregular, descubrió el reporte. Aun así, la agencia reguladora no le pidió a Lehman que hiciera pública la maniobra.

Nuevas regulaciones financieras en EE.UU. crearon el Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera, con la misión de descubrir y desactivar riesgos sistémicos. Valukas indicó que prevé que ese cuerpo establezca estándares claros sobre temas similares.

Fuente: WSJ