30 nov 2010

El optimismo de algunos gestores de fondos es una señal inquietante

Por Brett Arends

Ay Dios.

Si las caídas recientes de los mercados bursátiles de EE.UU. en la bolsa no fueran algo suficiente para estar preocupado ahora vienen más malos augurios. Los gestores globales de fondos se han vuelto peligrosamente optimistas. El boom del mercado en septiembre y octubre, y la nueva promesa de la Fed de dinero fácil para todos, han demostrado ser demasiado para su auto control. Comenzaron este mes como ansiosos cachorritos, con sus orejas hacia arriba y sus colas moviéndose, impacientes por jugar.

Como ya dije: Ay Dios.

Bank of America Merrill Lynch dijo que su última encuesta de grandes gestores de fondos realizado entre el 5 y el 11 de noviembre encontró que "el sentimiento del mercado está en su momento más optimista desde abril de 2010".

¿Abril? Hmmmm. Díganme; ¿no fue eso justo antes de que el mercado se hundiera de nuevo?.

Los gestores de fondos subieron recientemente sus pronósticos de crecimiento económico (e inflación). Y han puesto tanto dinero en acciones como han podido. La participación del efectivo en los portafolios ha caído a un promedio de apenas el 3,5%, uno de los menores niveles de los que se tenga registro.

Incluso los gerentes de fondos de cobertura, esas almas escépticas, se han sumado cautelosamente. La encuesta muestra que sus apuestas al alza de las acciones, si se les restan las de pérdidas, han aumentado alarmantemente desde mediados de año. ¿Los activos más populares? Los commodities, en los que las instituciones han sobreinvertido fuertemente y los mercados emergentes, donde parecen haber ido "por todo".

Estas son noticias inquietantes. Los grandes inversionistas institucionales mueven el mercado. Si ya invirtieron la mayor parte de su efectivo, esto significa que hay pocos inversionistas esperando el momento correcto para ingresar. La encuesta del Bank of America comprende alrededor de 200 grandes inversionistas institucionales de todo el mundo, que administran alrededor de US$630.000 millones.

Entre otros aspectos destacados del la encuesta: los gestores de dinero siguen evitando el oro, al que consideran "sobrevaluado". Nota relevante: han estado diciendo eso durante todo el período de alza del metal. Los valores que les gustan menos: las empresas de servicios públicos, los bancos y Japón (Este columnista, al que no le gustan las multitudes, tiene algo de dinero invertido en las iShares del fondo EWJ que se opera en Japón).

La encuesta del Bank of America puede ser un gran indicador de lo que no va a ocurrir, aunque, como siempre pasa en los mercados, dista de ser infalible. En junio y julio de 2007 mostró que los gestores de fondos eran enormemente optimistas respecto a los títulos europeos. Merrill Lynch, como se llamaba entonces, acuñó el término "Eu-phoria" (un juego de palabras con las iniciales de la Unión Europea en inglés). Ese resultó ser el mejor momento posible para vender títulos europeos, justo antes de que entraran en caída libre. Y en abril de 2003 la encuesta era profundamente pesimista respecto a los valores japoneses. Ese demostró ser un extremadamente buen momento para comprar…títulos japoneses.

Tomado aisladamente, la última encuesta podría ser una razón suficiente para la cautela.

Y no está aislada.

Miren a las valoraciones. Las acciones ya se están cotizando a precios altos, según varios criterios de largo plazo. Mucha gente inteligente ha estado mostrándose crecientemente pesimista. Cualquier inversionista que en las últimas semanas haya estado buscando invertir dinero fresco ha tenido dificultades para encontrar algo que valga la pena comprar. Incluso los títulos de empresas de primera línea con buenos dividendos, uno de los últimos activos que estaban ofreciendo algún valor, se han nivelando.

Ahora miremos un panorama más amplio. El pánico sobre la deuda europea es uno de los recordatorios de que la crisis financiera no está totalmente en el espejo retrovisor. Y ahora, en lo que quizás sea más ominoso, llegan señales de que el frenesí del mercado de bonos está finalmente resquebrajándose.

Los bonos del Tesoro y de empresas privadas han caído recientemente, luego de llegar a alturas vertiginosas (y absurdas). Esto sugiere que el juego de confianza de Ben Bernanke podría estar llegando al final. Bernanke está prometiendo emitir dinero para comprar y hacer subir los bonos. Si los inversionistas tuvieran total confianza en sus trucos, estos harían subir los precios de los bonos o al menos los mantendrían altos. Aparentemente podrían no tener tal nivel de confianza después de todo.

Cuando los bonos caen, los rendimientos suben. Los rendimientos más altos son malos para las acciones así como para los bonos. ¿ Porqué? Primero, hacen más caro para las empresas tomar prestado dinero. Este es un costo soportado por quienes tienen títulos. Segundo, hacen más atractivos a los bonos, poniendo presión sobre las acciones. Y en tercer lugar, las tasas de interés más altas hacen que las futuras ganancias sean menos valiosas en términos de hoy.

¿Que debería hacer usted? Sea consciente de que hay una posibilidad clara de que nos estemos acercando a algunas turbulencias serias, especialmente después que el repunte generado por el rescate de Irlanda se desvaneciera. Esto no es una predicción, sino una advertencia. ¿Podrá manejarla usted? En estas circunstancias yo solamente querría tener activos en los cuales tengo mucha fe. Siempre existe el riesgo de que los pueda necesitar.

Fuente: WSJ