23 nov 2010

Las críticas entorpecen la efectividad del plan de relajamiento monetario de la Fed

Por Sudeep Reddy

Las críticas al más reciente programa de compra de bonos de la Reserva Federal de Estados Unidos, tanto por parte de los miembros del sector como de los políticos estadounidenses, están obstaculizando los potenciales beneficios del plan para la economía.

En medio de un escepticismo ampliamente publicitado sobre la eficacia y conveniencia de la compra de bonos, inversionistas y operadores cuestionan si la Fed podría expandir sus compras de bonos más allá de los US$600.000 millones que anunció, incluso si la inflación sigue cayendo y el desempleo sigue siendo alto en EE.UU. Esas dudas contribuyeron a un aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. desde que la Fed anunció el programa el 3 de noviembre, sostienen.

Las críticas han "planteado dudas sobre la capacidad y la determinación de la Fed para controlar la curva de retornos", indicó Mohamed El-Erian, presidente ejecutivo y codirector de inversión de Pimco, el gigantesco fondo de bonos. "Las críticas han agitado los mercados ya naturalmente inclinados a preocuparse por la politización de la Fed y su pérdida de autonomía", señaló.

El éxito de la más reciente ronda de relajamiento cuantitativo, o QE2 como se conoce en EE.UU., depende de las expectativas públicas y las del mercado. Mientras más crean el público y el mercado que es probable que la Fed siga comprando bonos para deprimir las tasas de interés a largo plazo hasta que la economía se recupere, más probable será que los mercados eviten que suban las tasas de interés a largo plazo.

Comunicar una predisposición para comprar más bonos si es necesario a pesar de la discrepancia dentro de la Fed y la presión política está resultando ser un desafío para el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y el comité de políticas, compuesto por miembros con opiniones diversas.

"El comportamiento de las tasas a largo plazo de los bonos del Tesoro es una medida del problema de credibilidad que enfrenta la Fed ahora", indicó Alfred Broaddus, ex presidente del Banco de la Reserva Federal de Richmond, quien considera que el QE2 es un "paso razonable" para protegerse contra la deflación.

Como consecuencia, indicó, Bernanke podría necesitar hablar más sobre su estrategia y enfatizar, como lo hizo hace unos meses, que la Fed tiene tanto las herramientas como la predisposición para retirar medidas de estímulo y así impedir que la inflación sea demasiado alta, señaló Broaddus. "Para mí, esto es principalmente un problema de comunicación".

En las semanas posteriores al anuncio de la Fed, varios republicanos de alto rango expresaron su preocupación de que la política más reciente del banco central estadounidense conduzca a una inflación muy alta a largo plazo. Algunos economistas conservadores incluso han hecho un llamado a Bernanke para que detenga el programa de compra de bonos. Pocos analistas consideran probable que esto suceda, pero la presión sobre la Fed se manifestó con claridad.

Dentro de la Fed, un puñado de presidentes de bancos regionales han expresado abiertamente su oposición al programa de compra de bonos, mientras otros han mostrado dudas. Sólo unos días después de que se tomara la decisión el 3 de noviembre, el gobernador de la Fed Kevin Warsh, habitualmente un aliado de Bernanke y uno de los que votaron a favor del QE2, expresó de forma pública su escepticismo sobre la capacidad de la política de impulsar la economía, al decir que debería reconsiderarse si el dólar estadounidense continuaba cayendo o si los precios de las materias primas aumentaban demasiado.

La compra de bonos —que la Fed planea llevar adelante a US$75.000 millones al mes hasta mediados del año próximo— fue diseñada para reducir los rendimientos de los títulos del Tesoro de EE.UU. a medida que la Fed absorbe el suministro de deuda y por lo tanto hace que los precios de los bonos suban. Los retornos de los bonos del Tesoro a 10 años, una referencia para los préstamos corporativos e hipotecarios, cayeron después de que Bernanke diera señales de la medida a fines de agosto.

A principios de octubre, el título a 10 años se cotizaba a 2,38%. La semana pasada cerró en 2,91%, y ayer se ubicó en 2,80%.

"Las críticas y la reacción del mercado resultante hace que el QE2 sea menos efectivo", indicó Axel Merk, un crítico de la Fed que dirige fondos de inversión especializados en monedas.

Fuente: WSJ