25 nov 2010

Las lecciones del relajamiento cuantitativo de Japón

Por Yuka Hayashi

TOKIO—La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos tomó la decisión de inyectar más dinero a la economía de ese país a través de un controversial programa de compra de bonos del Tesoro conocido como "relajamiento cuantitativo". Pero la experiencia del pionero de esta política, el Banco de Japón, muestra cuán difícil es hacer que un programa de este tipo tenga resultados.

Casi una década después de que el banco central de Japón implementara por primera vez la medida, el país permanece sumido en la deflación: un declive general de salarios y precios que ha anquilosado su economía.

Y justo cuando los políticos de EE.UU. están criticando a la Fed por ir más allá de la política monetaria tradicional y han amenazado con cortar la independencia de la institución, los legisladores en Japón dicen que harán lo mismo con el banco central como castigo por su fracaso para curar el flagelo de la deflación.

La experiencia japonesa ofrece un caso de estudio respecto a las posibilidades y los límites del relajamiento cuantitativo, con el cual un banco central imprime dinero para impulsar la actividad económica.

El Banco de Japón comenzó a hacer esto en 2001. Entonces se hizo evidente que la reducción de las tasas de interés a casi cero por un período prolongado no había dado resultado para lograr que la economía comenzase a moverse. Luego de cinco años de expandir gradualmente las compras de bonos, el banco terminó este esfuerzo en 2006. Al principio, pareció que el programa había tenido éxito en la estabilización de la economía y como freno para la caída de los precios. Pero la deflación regresó con más fuerza en los últimos dos años poniendo al Banco de Japón nuevamente en el centro de atención.

¿Por qué no dio resultado el relajamiento cuantitativo en Japón? Los críticos dicen que el banco central japonés no fue lo suficientemente audaz en el lanzamiento y expansión de su programa de compra de bonos y que lo dejó sin efecto demasiado pronto. En 2006, los precios apenas comenzaban a subir, una señal de que la táctica estaba teniendo un impacto. Pero algunos indicadores ya estaban señalando una desaceleración en la economía.

Otros dicen que simplemente Japón esperó demasiado para recurrir a esta política no convencional. Tomoya Masanao, quien supervisa el portafolio japonés para Pimco, el gigante de los fondos de bonos, señala que le llevó al Banco de Japón dos años luego de que los precios al consumidor comenzaran a caer para lanzar su programa de relajamiento cuantitativo. "Lo que es importante es hacerlo rápida y agresivamente antes de que las expectativas de inflación comiencen a disminuir", dice Masanao. "Es muy claro que otros bancos centrales han aprendido esta lección bien", opinó.

La inflación estadounidense se ubica en la actualidad por debajo de la meta informal de la Fed de 2%.

Los funcionarios del Banco de Japón también parecieron poco convencidos cuando lanzaron su política, y no la explicaron suficientemente o no hicieron un planteamiento sólido para obtener respaldo público. La confianza también se erosionó cuando el banco comenzó y luego detuvo varios programas a lo largo de los años. En 2000, por ejemplo, el banco terminó su programa de tasas de interés cero, para retomarlo varios meses después cuando se hizo evidente que lo había dejado sin efecto demasiado pronto.

Tratando de defender sus opciones pasadas, los funcionarios del Banco de Japón han dicho que el relajamiento cuantitativo no era la herramienta adecuada para combatir la deflación en el país asiático, donde las causas eran problemas estructurales tales como un sistema de empleo rígido que obliga a las empresas a reducir salarios para todos los trabajadores en lugar de eliminar empleos que no son necesarios.

El gobernador del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, advirtió que si hay una lección que otros países pueden sacar de la experiencia de Japón es que las "políticas de estímulo a largo plazo" no son la única cura. Mantener la "flexibilidad de la estructura económica" es igual de importante, sostuvo, aunque es difícil hacerlo luego de la explosión de una burbuja.

Fuente: WSJ