10 may 2010

El paquete de rescate que alivia a los mercados y redefine a la Unión Europea

Por Marcus Walker, en Berlín, Charles Forelle, en Bruselas, y David Gauthier-Villars, en París

Los mercados financieros del mundo repuntaron con fuerza en respuesta al plan de rescate europeo de casi US$1 billón (millón de millones) para eludir una crisis de deuda soberana que amenazaba con descarrilar la recuperación de la economía mundial.

El alivio de corto plazo, no obstante, fue moderado por las preocupaciones de los economistas de que, a largo plazo, el acuerdo altera las reglas de juego de la Unión Europea de una manera que podría socavar su salud fiscal.

El alivio de que los gobiernos de la Unión Europea estén implementando gigantescas medidas para evitar que los problemas financieros de Grecia se propaguen a toda la región impulsó el euro, las acciones de bancos europeos y el mercado bursátil de Estados Unidos, así como activos alrededor del mundo, desde los precios del petróleo a los títulos brasileños. En América Latina, el Merval subió 7,16%, el Bovespa 4,11% y el IPC mexicano 2,5%.

Pese a que el plan apaciguó los temores inmediatos a un pánico en los mercados financieros, muchos economistas advirtieron que el radical paquete de ayuda no resuelve las debilidades económicas subyacentes de la región y podría debilitar las normas e instituciones de la zona euro.

Varios países en la periferia de la eurozona, desde Grecia hasta Portugal, siguen sufriendo un deterioro de sus finanzas públicas y necesitan drásticas reformas para restaurar su competitividad. Los analistas advirtieron el lunes que la protección contra la bancarrota por parte de Alemania, Francia y otros países de la zona euro podría hacer que los gobiernos derrochadores de la región sientan menos presión para ordenar sus finanzas. "Esta medida era necesaria para calmar los mercados financieros y quizás haya tenido éxito. Pero plantea interrogantes fundamentales sobre la unión monetaria", observó Daniel Gros, director del Centro de Estudios Político Europeos, con sede en Bruselas. "Ahora que la UE ha indicado que salvará a todos los que estén a la vista, tal vez no haya forma de imponer la disciplina fiscal".

El euro subió a cerca de US$1,31 el lunes, tras caer hasta casi US$1,27 el viernes, luego de que los analistas recibieran con optimismo el paquete de 750.000 millones de euros (US$964.000 millones) de la UE y el Fondo Monetario Internacional para proteger a los países más débiles de la zona euro.

El gigantesco plan fue anunciado en las primeras horas del lunes en Europa, tras maratónicas negociaciones entre los líderes de la UE durante el fin de semana y presiones de EE.UU. para que Europa adoptara medidas más firmes tras meses de divisiones.

Mientras los analistas debatían los méritos del plan, se formaba un amplio consenso de que las extensas medidas tendrían un profundo efecto sobre el funcionamiento de la zona euro, que catapultaría al bloque hacia una rápida coordinación fiscal.

En tan sólo un fin de semana, la euro zona anuló algunos de sus principios fundacionales, como la prohibición de que los gobiernos se rescaten unos a otros o que el Banco Central Europeo compre deuda de los países miembros, dicen los analistas.

La canciller alemana, Angela Merkel, con los ojos enrojecidos tras las prolongadas negociaciones del domingo por la noche, enfatizó el lunes que la ayuda para los gobiernos de la zona euro vendría con condiciones, incluyendo programas de austeridad diseñados junto al FMI.

Para Alemania, la mayor economía de la UE y la que más contribuye al bloque, el paquete de ayuda es una afirmación decisiva de su compromiso político y financiero con Europa. No obstante, ese compromiso surgió del temor de que el euro se desplome, más que por el entusiasmo por una unión más estrecha. El desafío de Merkel es convencer a los alemanes de un camino que podría dejarlos como el aval de las deudas de otros miembros de la eurozona.

"Este paquete sirve para fortalecer y proteger nuestra divisa común", dijo Merkel el lunes. "Estamos protegiendo el dinero de la gente de Alemania".

La canciller alemana resistió durante meses la presión de Francia y de las endeudadas naciones del sur de Europa para rescatar a Grecia, ante el temor de sentar un precedente que pudiera minar la disciplina fiscal de la zona euro y endilgar a los contribuyentes alemanes cargas desagradables.

En once horas de negociaciones el domingo, tras perder su mayoría parlamentaria en las elecciones regionales y a su ministro de Finanzas por enfermedad, Merkel aceptó una red de seguridad para todos los miembros de la zona euro.

El paquete de 750.000 millones de euros (US$964.000 millones) consta de tres elementos.

Un gobierno con problemas para refinanciar su deuda puede acceder a un fondo de emergencia de la UE de 60.000 millones de euros (76.320 millones). Si resulta insuficiente, podría hacer uso de un fondo de 440.000 millones de euros (US$559.000 millones) financiado a través de un vehículo de propósito especial (SPV, por sus siglas en inglés) cuyos préstamos serán garantizados por otros gobiernos de la zona euro. El FMI prestaría unos 250.000 millones de euros (US$318.000 millones) e impondría drásticos recortes presupuestarios.

En la práctica, el vehículo de propósito especial podrá prestar más de los 440.000 millones de euros, ya que permite el uso de bonos de los países afectados por la crisis como garantía contra créditos posteriores del BCE. Mientras tanto, el BCE comenzó a comprar el lunes deuda de los países más débiles de la eurozona, tras el anuncio del banco el domingo por la noche de que actuaría para asegurar la liquidez en los mercados de capital de la región.

Fuente: WSJ